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L a tolerancia en el pensamiento de . 297 como consecuencia directa o indirecta de ella, se relacionan con el tema de la autoridad, centrado tanto en la Iglesia como en el Estado. El pensamiento y la acción se ensamblan perfectamente en esta época de la Historia y difícilmente puede encontrarse un caso más típico en este sentido que el de R. Williams —un hombre singular y discu­ tible— quien se mueve inquietamente, arrastrado por puras fuerzas intelectuales, en la búsqueda y progresión de sus realizaciones de cada día. La condición meramente extrínseca y teóricamente accidental de pertenencia al pueblo inglés incide como primer factor determinante en el pensamiento de Williams. El mero hecho de ser inglés, sobre todo a partir del reinado de Isabel I, planteaba a todo ciudadano un interrogante acerca del sentido de la Historia y de la función de Inglaterra en el destino de la humanidad. Teólogos y científicos tra­ taban de descifrar en términos de presente el mensaje oculto y enig­ mático de la Escritura, especialmente del libro del Apocalipsis, fuente primordial de toda verdad histórica, vislumbrando en la nación inglesa el fin de la tiranía del Anticristo y el símbolo del reinado milenario de los santos con Cristo. Pero la lectura de los signos de los tiempos no era fácil ni concordante. Muchos de los coetáneos de Williams descubrieron en el Papa al Anticristo y en la Iglesia de Roma, a la gran prostituta de Babilonia. Aparte de esto, vieron encarnado en sí mismos al pueblo que, en los designios de Dios, habría de sustituir al de Israel, sobre todo a partir del reinado de Isabel I. Inglaterra habría de continuar la misión de Israel, habiéndose demostrado ya un pasado glorioso, originado en sus misioneros, en continuidad con los apóstoles y no con emisarios de Roma. John Wyclif sería el gran pro­ feta de la Reforma, orientada a la destrucción de la tiranía de Satán, desencadenada en los comienzos del siglo xiv. Isabel I se presentía como la culminación de la Historia, abriendo paso al milenarismo, fase en la que Inglaterra conduciría a todas las naciones al reino de Dios. Otros, en cambio, y R. Williams es una voz significativa en este sen­ tido, se apercibieron de la incongruencia de una nación que, por una tly been discovered, New York 1885, 92-9, 1-47. En el Preface, V de esta obra se encuentra bibliografía sobre el Presbiterianismo Americano; H . K. C arroll , The Religious Forces of tbe United States, New York 1893; 277-88; C. H odge , What is Presbyterianism?, Philadelphia 1855, 3-80; H. M. D exter , The Congre- gationalism of the last three hundred years, as seen in its Literature, New York 1880, 413-64. 4

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