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L a t o le r a n c ia en e l pen sam ien to d e . 257 referencia en su vida y sus afanes en Nueva Inglaterra jamás estu­ vieron desvinculados de la madre patria. En última instancia, los pen­ samientos de reforma de todo tipo llevados a cabo en Rhode Island se proyectaban a Inglaterra en un afán, típicamente puritano, de espe­ rar que ésta fuese el primer acto en la visión del milenarismo, cuando Cristo habría de consumar la reforma mediante el gobierno universal. Sus escritos no son un modelo desde el punto de vista literario. Las preocupaciones de R. Williams no fueron precisamente estilísticas. No es fácil que el lector disfrute con las obras de R. Williams. Su estilo se hace vida y su vida programa el estilo. En ocasiones su forma de escribir respeta el llamado «plainstyle» de los puritanos: es senci­ lla, directa, utilizando metáforas de la vida ordinaria que le sirven para identificarse con los profesionales de su tiempo o para tratar los asuntos, tanto políticos como religiosos, de la comunidad de Rhode Island. Otras veces su estilo es más «Isabelino», repleto de conceptos manejados con presunción y gentileza. Hay citas latinas y alusiones diversas. Utiliza la Biblia con profusión de pasajes y comentario de los mismos. Aplica con meticulosidad los conocimientos aprendidos en la escuela y en la Universidad, ambientando su vocabulario al utilizado por clérigos de la alta iglesia, como John Cotton, o por abogados eru­ ditos, como John Winthrop. Por último, y calificándolo como la forma de exponer más genuina de R. Williams, su estilo es directo, convin­ cente y preciso. En él expone y defiende R. Williams la libertad de conciencia, analizando minuciosamente los textos de la Escritura para concluir la falsedad de la autoridad del magistrado civil en los asuntos eclesiásticos. Sus propósitos son claros; sus objetivos, perseguidos con tenacidad. Su pensamiento es rígido, sin concesiones de ningún género, fundado en la validez del mensaje cristiano, interpretado bien desde las voces proféticas del Antiguo Testamento o desde los escritos del Nuevo. Esta forma de exposición es la más peculiar, como decimos, de R. Williams, hasta tal extremo, que en toda su producción literaria aparecen como centrales el empleo continuo de la Biblia y el conven­ cimiento personal, que arrojarán como resultado una retorcida proli­ jidad. Tanto The Bloudy Tenent como The Bloody Tenent y e t More Bloody, las obras fundamentales del defensor de la libertad religiosa, son un ejemplo evidente de su estilo, en el que se mezclan la utiliza­ ción profusa de las citas escriturísticas, la persistencia del autor en la consecución de sus objetivos y las reiteraciones excesivas en forma de

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