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L a t o l e r a n c i a e n e l p e n s a m i e n t o d e . 411 Así hemos visto y comprendido la personalidad de R. Williams. Gran parte de nuestras apreciaciones, expuestas a lo largo de este trabajo, habían sido formuladas, si bien de forma distinta, por otros autores. La novedad o la aportación que pretendemos establecer es ésta: El tema de la tolerancia, objeto de nuestra investigación, con im­ plicaciones de carácter tanto eclesial como civil, ha de ser abordado desde una perspectiva teológica o religiosa y no social o política. Las ideas fundamentales que sustentan esta teoría, ideas de tonalidad típi­ ca y rígidamente calvinista y, por tanto, de contenidos ortodoxos en el mundo del protestantismo, aunque llevados a las últimas consecuencias, son, en resumen, la soberanía de Dios y la concepción sobre la Iglesia. La soberanía divina, elemento unificador y trascendente, da fundamen- tación a la iglesia, comunidad de fe, cuya naturaleza, diferenciada y separada totalmente de la del Estado, con funciones y poderes ejer­ cidos en ámbitos radicalmente distintos, exige inexorablemente la de­ fensa de la libertad de conciencia. Nuestra palabra no es definitiva. La verdad que buscó con ahínco R. Williams no se hace prisionera con los siglos. A nosotros nos cabe la ilusión de haber conocido en profundidad a una personalidad apa­ sionante y de haber reflexionado sobre un tema que, además de ser de vital importancia para la comprensión de la historia intelectual norte­ americana, forma parte de las más hondas aspiraciones humanas. La investigación, que no es otra cosa que la búsqueda permanente de la verdad, se ha encontrado, en este caso, con la libertad. Juan José H er n á n d ez A lo n so

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