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L a t o l e r a n c i a e n e l p e n s a m ie n t o d e . 403 mayor autoridad a las Congregaciones o Iglesias particulares que a tales Asambleas, compuestas de personas competentísimas, estriba en su fuerte convicción de que la presencia de Jesús prometida a la Iglesia se efectúa en medio de los que se reúnen en torno a El, bus­ cando su voluntad más que en las Asambleas, aunque éstas constituyan la flor y nata de las Iglesias. A este respecto, concluye Williams, existe la promesa de la presencia de Cristo en medio de su Iglesia y Con­ gregación, según consta en Mt 18, pero la promesa consignada en Mt 28 no puede aplicarse propia y directamente a la Iglesia constituida sino más bien a los ministros y mensajeros de Cristo Jesús, a quienes eligió para reunir y edificar la Iglesia a través de la conversión y el bautismo. Para estos mensajeros el pasaje de Hch 15 es presiden­ c ia l269. e) Autoridad del magistrado en la provisión de oficios eclesiásticos La consideración que R. Williams presta a la cuestión de provi­ sión de oficios eclesiásticos por parte del magistrado civil responde fundamentalmente a las proposiciones de los ministros religiosos de Nueva Inglaterra consignadas en el Modelo, que dicen así: «First (say they) the Election of Church officers being the proper Act of the Church, therefore the Magistrate hath no power (either as Prince or Patron) to assume such power unto himselfe. When Christ sends to preach by his supreme power, the Magistrate may send forth by his po­ wer subordinate, to gather Churches, and may force people to heare them, but not invest them with office amongst them. Secondly, the Maintenance of Church-officers being to arise from all those who are ordinarily taugh thereby (Gal 6. 6) hence it is the dutie of the Civill Magistrate to contend with the people as Nehemiah did, chap. 13, ver. 10. 11, who doe neglect and forsake the due maintenance of the Church of God, and to command them to give such portions for the maintenance of Church officers, as the Gospel] commandeth to be offe­ red to them freely and bountifully (2 Cor 9. 5, 6, 7). According as Heze- kiah commanded the people to give to the Priests and Levites the por­ tions appointed by the Law, that they might be incouraged in the Law of the Lord. 2 Chron. 31. 4. Thirdly, the furnishing the Church with set officers, depending much upon 269. R. W il l ia m s , The Bloudy Tenent of Persecution, 404-6.

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