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L a t o l e r a n c i a e n e l p e n s a m ie n t o d e . 393 El capítulo 116 de The Bloudy Tenent prosigue en la ardua, labo­ riosa y reiterativa tarea de probar las diferencias que existen entre los reyes de Israel y los gobernantes de otros pueblos: — Los reyes de Israel y de Judá fueron ungidos solemnemente, siendo honrados con el título de «el ungido de Yahveh», indebidamen­ te atribuido a otros reyes de la tierra. Cristo Jesús fue ungido no con óleo material sino espiritual y solamente los cristianos pueden glo­ riarse de tal título. — El poder y la autoridad que tuvieron los reyes de Israel y de Judá en las causas eclesiásticas y espirituales no se detecta en manos de ninguna autoridad civil. David, rey y profeta a la vez, no puede ser figura de ningún rey de este mundo sino solamente del rey de los cielos, Cristo Jesús. ¿Quién, como Salomón, es capaz de expulsar del sacerdocio de Jahveh al sacerdote Abiatar? (1 Re 2, 26-27). Tales poderes espirituales se explican únicamente por el hecho de que am­ bos reyes, David y Salomón, son reyes de la Iglesia, tipos o figuras de Cristo. En el mismo sentido, es decir, afirmando la desigualdad que media entre ellos con respecto a la autoridad conferida por Cristo, han de explicarse de jure y de facto las prácticas de Josías, concer­ nientes al culto divino, al servicio de sacerdotes y levitas y otras pare­ cidas, frente a las de los reyes de Inglaterra, convertidos a la Re­ forma 254. En última instancia, y aquí estimamos que se encuentra toda la fuerza de la argumentación de R. Williams y donde pudiéramos resu­ mirla sin desvirtuarla, el gobierno o la dirección de la Iglesia de Cristo compete exclusivamente a quien esté investido de un minis­ terio u oficio espiritual y no a quien lo posea sólo en el orden tem­ poral y civil. Toda la controversia acerca del gobierno de la Iglesia radica, por tanto, en la concepción sobre el ministerio de la misma. Así afirma Williams: «So that in conclusión, the whole controversie concerning the govern- ment of Christs Kingdome or Church, will be found to lye between the true and false Ministry, both chalenging the true commission, power and keyes from Christ» 255. 254. Id., o. c., 336-46; Id., The Hireling Ministry none of Christs, 162 ss. 255. I d ., The Bloudy Tenent of Persecution, 346.

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