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L a t o l e r a n c i a e n e l p e n s a m ie n t o d e . 381 el magistrado civil sea el juez supremo en todas las causas y que, por consiguiente, se extienda su poder al ámbito espiritual cuando, en opinión de sus adversarios, sus competencias son exclusivamente tem­ porales? ¿E s congruente concluir que el magistrado pueda castigar a la Iglesia, entiéndase en ofensas y casos de tipo eclesiástico, con pro­ cedimientos de justicia civil? ¿Qué recurso le cabe a la Iglesia de Cristo ante la actuación de un magistrado que le castiga en causas espirituales? Es obvio que el magistrado pueda castigar a la Iglesia en casos civiles y viceversa, pero parece monstruoso pensar que, por la misma causa, la Iglesia pueda castigar al magistrado y el magistrado a la Ig le sia 237. Sobre el fin de ambos poderes, el civil y el eclesiástico, cuestión que es examinada una vez dilucidada la relación existente entre ellos, la argumentación de R. Williams se hace ligeramente más extensa y meticulosa analizando la terminología y los conceptos de sus oponen­ tes incluidos en el texto que ofrecemos completo a continuación con el objeto de seguir más fácilmente su pensamiento. «Peace», que re­ produce fielmente la doctrina de los ministros religiosos de Nueva Inglaterra, se expresa así: «First the common and last endof both is Gods glory, and Mans eternall felicitie. Secondly, the proper ends: First of Commonwealth, is the procuring, preserving, increasing of exter- nall and temporall peace and felicitie of the State in all Godlines and Honestie (I Tim 2. I, 2). Secondly, of the Church, a begetting, preserving, increasing of internall and spirituall peace and felicity of the Church, in all godLinesse and honesty (Esay 2. 3, 4. and 9. 7). So that Magistrateshave power given them from Christ in matters of Religion, because they are bound to see that outward peace be preserved, not in all ungodlinesse and dishonesty (for such peace is Satanicall) but in all godlinesse and honesty, for such peace God aymes at. And hence the Magistrate is custos of both the Tables of godlinesse, in the first of Honesty, in the second for Peace sake. Hee must see that honesty be preserved within his jurisdiction, or else the subject will not be bonus Cives. Hee must see that godlinesse as well as honesty be preserved, else the subject will not be bonus vir, who is the best bonus cives. Hee must see that godlinesse and honesty be preserved, or else himselfe will not bee bonus Magistratus» 238. 237. Id., o . c ., 226-32. 238. I d ., o. c., 232-3.

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