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L a t o l e r a n c i a en e l p e n s a m ie n to d e . 375 Y finalmente el pensamiento del rey de Bohemia, que se opone a toda forma de violencia de la conciencia humana: «And notwithstanding the successe of the later times (wherein sundry opi nions have beene hatched about the subject of Religion) may make one clearly discerne with his eye, and as it were to touch with his Finger, that according to the veritie of Holy Scriptures, and a Máxime heretofore told and maintained, by the ancient Doctors of the Church; That mens consciences ought in no sort to bee violated, urged, or constrained; and whensoever men have attempted any thing by this violent course, whether openly or by secret meanes, the issue hath beene pernicious, and the cause of great and wonderfullInnovations in the principallest and migh tiest Kingdomes and Countries of all Christendome» 223. La réplica a estos argumentos sacados de la profesión y praxis de príncipes famosos no se hace esperar de la pluma de J. Cotton, arguyendo fundamentalmente en estos términos: Nadie debe ser casti gado por motivos de conciencia, aunque esté falsamente informada, a no ser que el error se produzca en cosas fundamentales, o sea, promo vido de forma sediciosa dando la impresión de que el sujeto no es castigado por su conciencia sinopor pecar contra ella. Por otra parte, continúa Cotton, la actuación y creencias de los príncipes no son nor ma de la conciencia, probándose además que su tolerancia se explica a veces por meras causas de política estatal y que junto a príncipes tolerantes se encuentran otros perseguidores de herejes y cismáticos 224. La contrarréplica de R. Williams se produce rastreando las ambi güedades y deficiencias de la argumentación de Cotton, admitiendo parcialmente sus objeciones, pero negando que la argumentación apor tada destruya la doctrina de la libertad religiosa. La tolerancia, asegura Williams, no se justifica por el número de príncipes que la defienden, ni porque la política de estado la exija, ni porque emperadores cris tianos la fomenten. Las razones son más intrínsecas y ya han quedado expuestas, al menos parcialmente 225. Se convirtió a la Iglesia católica pero fue siempre tolerante para con los súbditos protestantes. 223. Tomado de The Bloudy Tenent of Persecution, 32-3. 224. R. W il l iam s , The Bloudy Tenent o/ Persecution, 46-8, 175-88. 225. Id., o. c ., 175-88.
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