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L a t o l e r a n c i a e n e l p e n s a m i e n t o d e . 359 ser arrojados al exterior, parecen ser los judíos, los únicos que for­ maban una Iglesia visible en alianza con el Señor cuando el resto de las naciones adoraban a otros dioses. Por tanto, la buena semilla, el buen grano, los hijos del Reino son los discípulos, miembros y sujetos de Jesucristo, su Iglesia y Reino mientras que, y consecuentemente, la cizaña son los opuestos a ellos, es decir, los idólatras, los falsos adoradores, los que se someten no sincera sino falsamente a Jesús y, en especial, los hijos del Ma­ ligno, un maligno que aparece en la parábola distinto al diablo, ya que éste es el enemigo que sembró la cizaña, que son los hijos del Maligno. «Such then are the good seed, good wheat, children of the Kingdome, as are the disciples, members and subjects of the Lord Jesús Christ his Church Kingdom: and therefore consequently such are the tares, as are opposite to these, Idolaters, WiUworshippers, not truly but falsy submit- ting to Jesús: and in especiall, the children of the wicked one, visibly so appearing»193. Por otra parte, si ni a los ofensores del orden civil ni a los de la Iglesia les pueden ser aplicadas las palabras de la parábola «dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega», Williams concluye que éstos son pecadores de otra naturaleza, idólatras, falsos adoradores, anti­ cristianos que, sin desanimar a los cristianos verdaderos, han de ser tolerados en el mundo hasta que el tiempo final, en el que se realice la gran cosecha, determine la diferencia. El mismo hecho de que los ángeles sean los segadores, con los que ha de relacionarse la cizaña, es una prueba evidente de que ésta no puede confundirse con los hipócritas existentes en la Iglesia quie­ nes, una vez declarados y conocidos como cizaña, no han de ser deja­ dos a los ángeles para el tiempo final sino que han de ser expurgados por la autoridad eclesial e incluso por toda la Iglesia de Cristo. Por semejante razón la cizaña tampoco debe identificarse con los transgre- sores del orden civil, para cuyo castigo y corrección existen legítimos gobernantes en la sociedad 194. Después de estas afirmaciones Trutb, en nombre de R. Williams, trata de aclarar una objeción de la Paz que pregunta por la identidad 193. Id., o . c ., 107. 194. Idv o . c.} 109-10.

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