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REFLEXIONES EN TORNO AL CÁNTICO. 105 este último caso, la realidad misma habla en el texto. Como se ve, en este último caso, el símbolo se aproxima al «signo», sin serlo plena mente. Dicho esto, vengamos a la interpretación del texto del Cánñco del Hermano Sol. ¿A qué realidad se refiere, o bien, qué realidad se hace presente o habla en el texto del Cántico? Porque ésta es la cuestión fundamental. La interpretación que da Leclerc podría, a su vez, ser interpretada en dos sentidos diversos. Dos sentidos que, a mi parecer, son igualmente falsos. En efecto, la interpretación de Leclerc podría ser interpretada, en primer lugar, en el sentido de que el Cántico del Hermano Sol es lenguaje simbólico de la experiencia estricta que de Dios tuvo Francisco (y que explicaremos después), pero puede ser vertida esa experiencia y comprendida en términos de Jung, Scheler y Nietzsche por una parte y, por otra, en los términos en que la Fenomenología científica (Mircea Eliade, Van der Leuuw, etc.) inter preta el sol, la luna, la tierra, etc., esto es, podría ser vertida y adqui rir las variaciones que tiene la experiencia general religiosa. Pero la interpretación de Leclerc podría ser interpretada en un segundo sen tido, a saber, en el sentido de que la experiencia de Francisco no es experiencia de Dios, sino que es experiencia cuyas realidades simbo lizadas son el mundo de Jung, etc., esto es, los de la Psicología pro funda y los expresados en la Fenomenología religiosa en general. Esta empresa de extender el significado del Cántico más allá de la experiencia estrictamente cristiana y hasta católica de Francisco (de esto se hablará después) para verterla en otro lenguaje, más «de la humanidad» ( !) es tentadora y sugerente. Y no es extraño que algu nos autores se hayan dejado encandilar por una tal música. En con creto, el P. Solsona cuando escribe: «En una palabra, estas combina ciones de elementos que integran el Cántico pertenecen a la simbo- logía universal. Dependen de estructuras imaginativas fundamentales, de los arquetipos del inconsciente colectivo. Estamos frente a un lenguaje simbólico de relaciones y correspondencias profundas, arque- típicas. El simbolismo literario francés de finales del siglo xix y la psicología profunda quizás pudieran arrojar mucha luz sobre el Cán tico. Un Baudelaire y un Jung podrían sernos ú tile s» 11. 11. Selec.Franc., 28. Por lo demás, todo el párrafo 3 («Las seis estrofas fundamentales») es un buen resumen de Leclerc.
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