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REFLEXIONES EN TORNO AL CÁNTICO. 125 mentales en esta modalidad de interpretación del «por medio de», a saber: en primer lugar, ni las alabanzas de las criaturas ni las de Francisco llegan a Dios, aun cuando proyectadas hacia El; y en segundo lugar, la alabanza de las criaturas es alabanza «objetiva», pero óntica- mente inadecuada. Se trata de una comprensión de las criaturas en la línea de la «causa ejemplar»: ellas, las criaturas son las ejemplifi­ cadas y de sí tienen densidad óntica y hacen referencia al ejemplar, pero el ejemplar al que se refieren es tan Trascendente que, en última ins­ tancia, queda fuera de la significación simbolizante de las criaturas en cuanto símbolos objetivos que dan gloria y alabanza. Con otras palabras: la alabanza cae en el vacío. En este sentido, la alabanza no sería una alabanza a Dios, sino que sería una juerga en cánticos de alabanza al «Dios desconocido». Es el sentido en que interpreta el Cántico Leclerc39 y todos aquellos recatados a lo protestante que creen que nuestras acciones con respecto a Dios no tocan, en ningún sentido, ni la orla de Dios. Escribe Pozzi: «San Francisco rehúsa so­ meter a Dios a la acción de lo creado, aunque se trate de una acción de gracias... Evita, por lo tanto, decir: criaturas, alabad al Señor»40. En primer lugar, no creo que, porque la oración o la acción de gracias llegue hasta Dios, esto implique un «sometimiento» de Dios por las criaturas. En este sentido, ni siquiera Dios puede «someter» la libertad del hombre. Después, que San Francisco evite decir: «criaturas, alabad al Señor» está contradicho por todos los textos que hemos aducido para confirmar el segundo sentido del movimiento del espíritu en que puede ser interpretado el Cántico del Hermano Sol. Existe todavía una tercera modalidad en la interpretación del «per» como «por medio de», a saber: alabar a Dios en las criaturas. Esta modalidad es la presente en los primeros biógrafos del Santo. San Buenaventura, por ejemplo, se expresa del modo siguiente: «Percibía la bondad infinita de Dios en cada una de las criaturas, como en tantos arroyuelos que manan de aquella Fuente» 41. Y, sabemos, el Itinera- rium es una interpretación genial en esta dirección. Asimismo Celano 39. Es el «leit-motiv». oscuramente expresado, en la comprensión del Tras­ cendente. En el trabajo La Pascua florida de Francisco de A sís, publicado en Selecciones (49 ss.) se termina así: «Y tal vez hace falta mantener un largo silencio para escuchar, en este Cántico de las Criaturas, el crecimiento íntimo del hombre abriéndose a su dimensión total. Una misma voz de una creatura a otra» (56). 40. En Selec. Franc., 74. 41. LM, 9, 1: 435.

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