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REFLEXIONES EN TORNO AL CÁNTICO. 115 Escribe el inefable autor francés dilucidando el sentido de la «fra­ ternidad» («hermano» y «hermana») de Francisco diciendo que con esos términos Francisco intentaba designar «la realidad misma» de las cosas. Una realidad que no coincide, según él, con la realidad vista en clave de «creaturas», esto es, en cuanto son creaturas de Dios. Que exista esta «intuición esencialmente religiosa» de San Francisco sobre las cosas es muy cierto. Pero esto es muy «dogmático» y tal para el autor. Por esto no es suficiente: la intuición teológica nunca fue puramente «intelectual» en San Francisco, sino que hacía siempre una referencia a una «experiencia afectiva y estética muy profunda». Y continúa: «En boca de Francisco, los nombres de "hermano” y "hermana’’ expresan no sólo una verdad dogmática, más, sobre todo, expresan una verdad psicológica; traducen una verdadera «emoción amorosa», «una efusión afectiva cósmica». Y el autor sigue explicando esto de la fraternidad cósmica, olvidado ya de la verdad «dogmática» de la creación, porque es algo pobre y que no es necesario para dar sentido a esa fraternidad. El autor continúa la explicación del sentido de la «hermandad» no sin antes dejar o dejando oír todos los armó­ nicos que componen la sinfonía del alma jungiana. En última instancia, «hermano» y «hermana» vienen a significar la reconciliación con los instintos desordenados internos y con las tendencias destructivas del «cosmos» objetivo. El mundo de Jung es un mundo, interno o externo, cargado de oscuridades (Schatten), un mundo amenazador y destruc­ tor 28. Pero el mundo de Francisco es un mundo creado por Dios. Y lo es así, sobre todo, después de su conversión. Se me dirá que esto es banal y vulgar. Parecerá que esta experiencia es pobre. Para mí, de nuevo, esta verdad real contiene una riqueza extraordinaria y una 28. He dado en lenguaje libre lo que nos dice el autor en las pp. 28 s.; por «hermano»-«hermana» «il entendait exprimer par là la réalité même des choses». Y precisa preguntándose: ¿Quelle réalité? Sin duda la realidad creada. Pero este es dogmático y muy «intelectual» en consecuencia: «mais il ne faut pas oublier que cette intuition théologique ne fut jamais chez François une sim­ ple vue intellectuelle. Elle s’enveloppait et s’enracinait dans une expérience af­ fective et esthétique très profonde». Sin duda, esta experiencia afectiva y estética debe de ser interpretada en términos explicados antes, en la p. 22. El resultado es que «ces images matérielles imaginées ou révées ont des racines dans l’âme» (p. 22). De aquí la conclusion de la p. 29: «les noms de "frères” et de "soeurs” donnés aux créatures matérielles, n’exprimet pas seulement, dans sa bouche, une vérité dogmatique, mais aussi une vérité psychologique».

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