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REFLEXIONES EN TORNO AL CÁNTICO. 111 rienda de Dios no es «simbólica» en ningún sentido del término en lenguaje ricoeuriano. Por el contrario, es una experiencia que es un «signo»: coincidencia de la acción concreta de Dios con la experiencia misma que de ella tiene Francisco. ¿Cómo interpretar esta acción de Dios en Francisco?, nos hemos preguntado. Y es que debemos determinar ulteriormente la calidad de esta acción de Dios y la calidad de la experiencia de Francisco. En efecto, Dios actúa de muchas maneras; esto es, no actúa unívocamente. Ju sto porque es el Trascendente real puede implicarse en acciones de calidad diversa y diferente. Y aquí, Juan de la Cruz, otro gran «expe- rienciador» de Dios y gran analista de estos parajes, nos puede dar mucha luz. Por supuesto, nos puede dar mucha más luz que la que nos puedan proporcionar esos otros que no han experimentado a Dios. Decíamos que el Dios que se nos ha revelado en el Evangelio, el Dios de los cristianos, es un Dios operante. Y obra de muchos modos y a niveles diversos de profundidad en el hombre. Un modo especial del obrar de Dios es un obrar, en cuanto Dios, inmediatamente en el interior del hombre. Es un obrar de Dios en el hombre directo e in­ mediato; de modo que ni siquiera usa el medio suyo de la gracia. Y aquí es donde viene San Juan de la Cruz. Este autor, experienciador de Dios como hemos dicho y experto en contarnos eso que obra Dios en el hombre, nos habla de acciones de Dios como «toques». Toques de sustancia, como nos dice una y otra vez. «Toques de sustancias» que se dan en grados diversos: se dan toques pasajeros y habituales, toques que inciden más o menos profundamente en la sustancia del hombre20. Y hay un toque de sustancia «que, dice, aunque no es per­ fecto grado, es, en efecto, cierto sabor de vida eterna... que se gusta en este toque de Dios. Este toque es de sustancia, es, a saber, toque de sustancia de Dios en sustancia del alma». Y añade: «al cual en esta vida han llegado muchos san to s»21. Este toque de sustancia no es grado perfecto, hemos oído decir al explorador de estos parajes. En efecto, en un grado ulterior de 20. No vamos a dar una lección del pensamiento de S. Juan de la Cruz en todos sus pormenores. Se trata, simplemente, de hacer ver la multiplicidad de modos con los que Dios actúa en el hombre. No damos todos los modos, sino los principales. Y esto d_e un modo indicativo, sin entrar en pormenores. Las citas de S. Juan de la Cruz se dan según la edición de sus obras publicadas en la BAC (Madrid 1964, 5.a edición). 21. Llama de amor viva, canción 2, 21: BAC 860.

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