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LA PRIMERA ORACION DE SAN FRANCISCO 23 cramentario Leoniano se pide una vez fidei rectitudo (BRUYLANTS, 131, 29; PFLIEGER 236-238; BRUYLANTS 216-218). En GREG p. 146 aparecen los epítetos corrientes de la fe, pero nunca el de recta. Una sola vez se habla de su «rectitud» en la décima misa del común de obispos (VER 296, cf. p. 130, 22). Tampoco se la designa como recta ni en NT ni en la versión de los LXX (óp^óc). f) Por su parte Francisco nombra 10 veces a la fe en sus escritos, a menudo pregnantemente, incluyendo los tres matices de fe, creen­ cia; fidelidad, lealtad; confianza. La califica de estable (como en los autores latinos), católica (3 veces), verdadera (como en los textos litúrgicos) y tan grande (tanta), como varias veces en la liturgia. Sólo aquí la llama recta, muy acertadamente, en el sentido de verdadera, ortodoxa, católica, que no se desvía de la norma y regla del magisterio eclesiástico. El epíteto parece original, aunque acaso pudo influir en él la catequesis teológica y la homilía pastoral. En efecto, Agustín , De doctr. chr. 4, 4, 6 y el Conc. de Calcedonia del año 451 (cf. Schwanz, Acta Conc. Oecum., Berlin 1914, II 3, 1, p. 188, 4) hablan de la recta fides, equivalente a «ortodoxa» (BLAISE Dict. 702). Se ha conservado un diálogo anónimo, en griego y en latín, atribuido a Orígenes, pero que es de un contemporáneo del mártir Metodio de Olimpo (t ca. 311), con el título D e recta in Deum fide (Migne PG 11). El texto latino está en las Pseudo-Clementinas (cf. B. A lta n e r , Patrología, 130, 250). Juan Damasceno (t 749) escribió Fuente del conocimiento, su obra principal (Migne PG 94, 517-1228), cuya ter­ cera parte, D e fide orthodoxa, se publicó independientemente en Euro­ pa, que influyó en los Escolásticos, acomodándola a Abelardo en el s. xn . La tradujo del gr. al lat. Burgundio de Pisa, por encargo del Papa Eugenio III ca. 1148. Al mismo Damasceno se atribuye un Ubellus de recta doctrina (Migne PG 94, 1421-1432) (cf. O . Bar- d e n h e w e r , Geschichte der altkbchlichen Literatur, Freiburg 1932, V, 56-58; B. A lta n e r, o. c., 339 s.). Como estas obras eran muy conoci­ das desde el s. xn , pudo Francisco tomar el epíteto recta, en todo caso a través de la catequesis y homilía. Pero notemos que, en contra de todas esas fuentes, Francisco coloca el adj. detrás de fidem, realzán­ dolo en forma predicativa.

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