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22 ISIDORO RODRÍGUEZ nacionales e internas se regulaban por la fides, a la que, personificada, se le erigieron templos. c) Será conveniente considerar los epítetos que fides recibe en la literatura lat., porque muchos pasan, en cuanto a su contenido y a veces con el mismo vocablo, al cristianismo, a la liturgia y al propio Francisco. Se la apellida firma (P la u to , Capt. 927, cf. C icerón , Part. 9: fides est firma opinio); sincera (T ito Liv. 40, 34, 11; V a le r io Max. 2, 9, 6), cf. Himno Pange lingua : «Ad firmandum cor sincerum / sola fides sufficit», donde recurren los dos epítetos; certa (H o racio , Carm. 3, 16, 30; T ibu lo 2, 3, 62; Ovidio, Fast. 6, 609; Apuleyo, Soc. 14); incorrupta (H o racio , Carm. 1, 24, 7); intemerata (V ir g ilio , Aen. 2, 143); alma : de la fe personificada exclama Ennio, Scen. 403 (citado por C icerón , De off. 3, 29, 104): O fides alma, «fe nutricia, alimentadora», cf. iustus autem ex fide vivit ( Rom 1, 17; Gal 3, 11; Heb 10, 38, dependientes de Hab 2, 4); vera (Ovidio, Trist. 4, 1, 66; Luc 9, 204) (OX 697-698; LEW 746 s.). Los poetas latinos designa­ ron a fides como immota , inconcussa, stabilis , tenax , etc. (cf. L. Qui- ch e ra t, Thesaurus Poeticus Linguae Latinae, París, s/a , 426 s.). d) En lat. cristiano y medieval fides se corresponde exactamente, con base en los autores profanos (donde fides es también fe y creencia en lenguaje religioso), a las tres acepciones de tcíotk; en NT: fides (fe, creencia); fidelitas (fidelidad, lealtad); fiducia (confianza). Revela, además, matizaciones interesantes en la liturgia (PIERRE 31 s.). Claro que en lat. nunca fides es virtud teologal, sino ética y social. En lat. medieval fides, además de fe cristiana, es la fidelidad y lealtad en el sentido feudal del medievo (MOHRMANN II 206). En los primeros siglos la Iglesia traduce xíoxk; por fides y xiaxeóo) por credere (creer) (ERME 414; MOHRMANN I 90). Fides se corresponde bien con rcíaxi<;, cuya base es la confianza, seguramente antes que la creencia. Tan importante es esta virtud que los cristianos se denominaron, con un derivado suyo, tanto en gr. como en lat. ( tc io to í , fideles, «fie­ les»), desde las Epístolas Pastorales de Pablo (1 Tim 4, 3. 10. 12; 5, 16; 6, 2; 2 Tim 2, 2; Tit 1, 6). e) En la liturgia aparece muchas veces la fe, como es natural. Como en los autores lat., se califica de firme, constante y estable, y recibe los epítetos de sincera, católica (como en un par de documen­ tos de lat. medieval de Suecia: SUE I 439 s.), cristiana y, sobre todo, verdadera (6 veces), pero nunca el de recta; no obstante, en el Sa-

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