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MUNDOS POSIBLES Y MUNDOS NECESARIOS 479 ya no es, y el futuro todavía no es?». Y en cuanto al presente, dice: «si semper esset praesens nec in praeteritum transiret, non iam esset tempus, sed aeternitas». Por lo que toca al primer punto del texto elegido, se encuentran claros precedentes en Sexto Empírico: «Si autem utrumque est, prae­ teritum —inquam— et futurum, erit in praesenti. Cum autem sit prae­ sens erunt in tempore presenti praeteritum et futurum». Y como se reconoce en las notas 19 y 22 correspondientes a este Libro X I de las Confesiones en la edición de la BAC4, «el hecho de las coinciden­ cias» entre San Agustín y Sexto Empírico «es innegable, y la prueba de que el tiempo no es anterior a la creación, hasta idéntica» 5. Posiblemente la originalidad y genialidad de San Agustín reside más bien en esa hábil teoría de la relación de los tres tiempos con la memoria, la visión y la expectación respectivamente. En el cap. XXV III, 37 explícita San Agustín que el presente es en cuanto per­ dura la atención por donde pase al no ser lo que es. Un futuro largo es una larga expectación del futuro y un pretérito largo es una larga memoria del pretérito. Russell, en su Historia de la filosofía occidental, evalúa la concep­ ción agustiniana del tiempo de la siguiente manera: «Yo mismo no estoy de acuerdo con esta teoría, por cuanto hace del tiempo algo mental. Pero es claramente una teoría muy hábil, digna de ser considerada en serio. Yo iría más lejos y diría que es un gran avance respecto a cuanto se halla en la filosofía griega. Contiene una exposición mejor y más clara que la de Kant de la teoría subjetiva del tiempo —una teoría que, desde Kant, ha sido ampliamente aceptada entre los filósofos—». Pienso que esta valoración de Russell debe ser matizada por lo menos en los siguientes aspectos: a) Russell no hace referencia alguna a las coincidencias con Sexto Empírico antes aludidas. Ni al Timeo. b) Lo peculiar de Kant es el análisis trascendental del tiempo, de lo que no hay asomo alguno en la exposición de San Agustín. 4. Madrid 1946. 5 . Ver para esta última doctrina los capítulos X III, 16 y XXX , 40 de este Libro X I. Decir claramente que no hay tiempo sin criatura supone anticiparse a Leibniz.

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