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NATURALEZA Y GRACIA DEL MINISTERIO SACERDOTAL 451 1.4. Colaboradores del orden episcopal, sin que haya oposición entre las dimensiones vertical y horizontal, es decir, entre represen­ tante de Cristo Cabeza (Concilio Vaticano II, PO 2) y represen­ tante de la comunidad, en plena solidaridad con ella. 1.5. Las dos coordenadas fundamentales del sacerdote: el Espíritu y la Iglesia. La vocación es don de Dios, del Espíritu; pero se da para bien de la comunidad, para la edificación de la Iglesia. 1.6. El sacerdote no es carisma único ni solitario en la Iglesia, sino un carisma específico entre otros. Colegialidad de ministerios (ordenados unos, otros no: v. gr., profetas, doctores) en comu­ nión de fe y caridad. 1.7. Digna sustentación del sacerdote, sí; acumulación de riquezas no: «non enim constituitur [sacerdos] propter gloriam suam; non propter cumulandas divitias, nec propter consanguíneos ditandos» (S . T o m a s , Super Epistulas Sancti Pauli lectura, Marietti 1953, n. 242). Necesidad de libertad interior, desprendimiento y gene­ rosidad por parte del sacerdote. Insistir también en que no le falte lo necesario para la vida: «necessaria vitae percipiat» (M an - s i , Conc. XXII, 220). Colaboración de las comunidades al digno sustento de sus sacerdotes y comunicación intereclesial de bienes. 1.8. El sacerdote y la celebración de la misa : en nombre y represen­ tación del obispo (PO 5). Los demás «oyentes» de la misa son también participantes: orando, oyendo y escuchando la Palabra, participando de múltiples maneras, aunque para consagrar se re­ quiere el carácter sacerdotal. 1.9. Sacerdocio, eucaristía y edificación de Iglesia : sin la eucaristía, la Iglesia sería un montón de escombros más que un edificio bien trabado. El sacerdote no hace todo: ni siquiera en la misa y los sacramentos. Participan también —de diversas maneras— activa, consciente y responsablemente, los demás. 1.10. Actuar en nombre de la Iglesia para ser ministros de la gracia : prioridad eclesiológica —como sacramento— aunque principali­ dad de la gracia —como fin y meta a conseguir: la salvación. Fundamentar el sacerdocio cristológica y eclesiológicamente por este orden: Cristo-Iglesia-sacerdocio; y no por este otro: Cristo- sacerdocio-Iglesia. 1.11. Los sacramentos de la Iglesia : en el sentido de que el sacerdote actúa en ellos en nombre de la Iglesia, con la «intención de hacer lo que hace la Iglesia». Los sacramentos hacen Iglesia y vicever­ sa: la Iglesia hace los sacramentos.

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