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NATURALEZA Y GRACIA DEL MINISTERIO SACERDOTAL 461 1-8. ¿Quién celebra la misa? Se sabe que en un principio era el obispo, al menos era él, el que presidía dicha celebración; más tarde, por razones de descentralización, puesto que el obispo no podía estar presente en todas partes, los presbíteros, en representación del obispo, presidían la celebración de la misa. Pero, ¿qué parte activa se con cedía a los seglares? Los Concilios a los que acabamos de aludir insisten en la necesidad del carácter sacerdotal para ser propiamente «celebrante» de la misa. Pero, puesta a salvo esta afirmación, también los seglares, en virtud del bautismo, han tenido siempre una parte muy activa en la misa, no han sido sólo «oyentes», sino también oferentes, orantes, participantes, aunque no celebrantes en el sentido de «consagrantes». Ahora bien: esta necesaria — y no siempre existente— participa ción de los fieles en la misa, ¿no será uno de los capítulos de medita ción y examen por parte de los pastores en evitación de tantos males: masificación, ritualismo, ausencia de jóvenes, etc.? 1.9. Sacerdocio, eucaristía y edificación de la Iglesia : que la afir mación del carácter sacerdotal no debe llevar a un sacerdocio individua lista y privatizado (como si el carácter sacerdotal fuera un carisma para sí, una cualidad suya con la que nada tiene que ver la comunidad eclesial), es algo que siempre estuvo claro en el orden de los princi pios, no así o no siempre en el de la práctica pastoral. Otro tanto se ha de decir con la celebración de la misa, ya que no existe dilema entre «ser sacerdote para construir la comunidad» o «ser sacerdote para celebrar la misa». Antes bien, está demostrado que la Iglesia sin euca ristía sería como un montón de escombros y no un edificio bien tra bado. Esta comparación fue puesta en claro y en alto en el Concilio Vaticano II cuando se estaba tratando — durante mucho tiempo— de la constitución de la Iglesia, y todavía no se había hecho referencia a la eucaristía (LG 11). La teología del sacerdocio, plena y global, es más bien la primera: el sacerdote es para edificación de la comunidad eclesial; la eucaristía, aunque es de valor absoluto en sí, es medio de esta edificación. De hecho, en la escatología no tendrá lugar la misa. Los Concilios de la Iglesia distinguen entre consagrar y absolver (que sólo los sacerdotes pueden hacerlo) y celebrar estos sacramentos: penitencia y eucaristía. Es evidente que teológicamente, ojalá que tam bién pastoralmente, todos los fieles toman parte activa. «Presidir» no
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