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LA PRIORIDAD CONYUGAL EN LA FAMILIA. 431 esposa por algún hombre, los demás no tenían derecho al comercio carnal con ella. La unión conyugal debía respetarse. 4. Queremos notar también que el modo de hablar del Deutero- nomio en el tercer discurso de Moisés supone igualmente la primacía de la unión conyugal de los esposos en la familia. En efecto, cuando les predice que ante la opresión y el asedio del enemigo los padres comerán el fruto de su propio vientre, «la carne de sus hijos e hijas» (Dt 28, 53. V. 2 Re 6, 26-29), no dice en modo alguno que los esposos lleguen a comer la carne de sus propias esposas, o éstas la de aquéllos. Y en el mismo capítulo cuando habla de los hijos o hermanos, los nombra «hijos» y «hermanos» a secas, mientras que a los esposos los llama «la esposa de su corazón» (Dt 28, 54), o «el esposo de su cora­ zón» (Dt 28, 56). 5. Tenemos un texto conspicuo en 1 Sam 1, 8. Cuando Elqaná le dice a Ana, su esposa, «Ana, ¿por qué lloras y por qué no comes, y por qué se llena de pesadumbre tu corazón? ¿No soy yo para ti más que diez hijos?», supone el sagrado texto la clara primacía de la unión de los esposos sobre la de los hijos. 6. No podemos dejar de consignar que Salomón además de la hija de Faraón amó a otras muchas mujeres extranjeras, y que tuvo 700 esposas con categoría de reinas y más de 300 concubinas (1 Re 11, 1-3). Son hechos tristes del pueblo de Israel. Pero nada concluye de ahí el sagrado texto en contra de la unión conyugal. Dice, en cambio, que esas mujeres «pervirtieron su corazón» (1 Re 11, 3). 7. En el libro de Tobid (8, 4. 7) encontramos un concepto del matrimonio claramente desligado del concepto de lujuria: «Y ahora, Señor, tú sabes que no por lujuria tomo yo por mujer a esta mi her­ mana, sino por solo amor de la posteridad en que sea bendito tu nom­ bre... Roguemos, pues, a Dios... y pasada la tercera noche viviremos en nuestro matrimonio. Porque hijos somos de santos y no podemos juntarnos como los gentiles que desconocen a Dios». Ciertamente que el texto es de la Vulgata. Pero también está claro en la traducción de los Setenta la alusión que hace Tobías en su oración a Dios, recor­ dando la institución del matrimonio al crear al hombre (Tob 8, 6) y la explícita protesta de que no toma a su mujer por lujuria (ou dia porneían), sino con verdad (ep-aletbeías) (Tob 8, 7).

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