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La prioridad conyugal en la familia según la Sagrada Escritura Entendemos por prioridad conyugal en la familia la anterioridad y superioridad que la Sagrada Escritura atribuye a la unión conyugal frente a todos los otros modos de unión familiar, incluso la de los pa­ dres con sus hijos. Los esposos son, según la Escritura, más de la familia que los padres con respecto a sus propios hijos. Por esto «aban­ donará el varón a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, for­ mando ambos una sola carne» (Gen 2, 24). En realidad la Escritura no desprecia ni menosprecia la unión familiar, el amor, respeto, etc., que merece la unión de padres e hijos. Pero la primacía la lleva la unión conyugal. De ahí viene el mismo respeto que los hijos han de tener por sus padres, de quienes han recibido la vida. De ahí también el respeto que los demás han de tener por esta unión, evitando el adulterio y cualquier otra «abominación». De ahí incluso el «odio» de Yahveh al «repudio» que aparece en Malaquías (2, 16) y que se expli- citará plenamente en Jesucristo al exponer y precisar el pensamiento de Dios en Gen 2, 24 (V. Mt 19, 1-11; Me 10, 1-12). En nuestro tiempo creemos reviste importancia especial la prima* cía de los esposos en la familia, y que debemos poner atención espe­ cial a la enseñanza divina sobre la misma, si no queremos que se des­ morone la institución familiar ante los muchos peligros que la acechan, y particularmente ante el divorcio. Con ello la unidad indisoluble del matrimonio, tal como ha sido instituido por Dios para la humanidad, se afianza por encima incluso de la unión y relación familiar de los padres con sus mismos hijos. El presente trabajo recoge solamente algunos de los muchos datos que nos ofrece la Sagrada Escritura sobre esta prioridad. El valor de los mismos nos parece indudable y nuevo para la teología actual. La conclusión se impone por sí misma. Sus repercusiones en los campos de la ética, el derecho, lo sociología y la política son también evidentes.