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EL OCCIDENTE AL ENCUENTRO DEL ORIENTE. 399 que el punto de vista del poeta está acomodado al del filósofo. La obra más importante de este género es Ascesis de Nikos Kazantzaki» 23. Este juicio valorativo nos orienta sobre la filosofía de este pensador, al novelar la vida de San Francisco. Como él mismo señala en el título griego, compone su novela hagiográfica bajo el signo de esta filosofía lírica por él cultivada. Desde el plano del análisis psicológico, G. Uscatescu nos ha dado una penetrante síntesis de la obra de Kazantzaki que nos apresuramos a resumir. Primeramente señala, como ya indicamos, que San Francisco «es probablemente el santo occidental que más culto y veneración ha tenido en el Oriente cristiano». El motivo lo halla en que las bodas místicas del santo con el Amor y la Pobreza han hallado una merecida resonancia en el seno de una Iglesia que ha acentuado siempre, por encima de todo, los valores contemplativos del Cristianismo. De donde concluye que la simpatía hacia San Francisco del cretense Kazantzaki, el mejor escritor griego de hoy, radica en una vieja tradición de la Iglesia ortodoxa 24. Con una sensibilidad hipertensa Kazantzaki ha acentuado hasta un límite extremo el terrible carácter desgarrado de San Francisco. G . Uscatescu no se atreve a aceptar este juicio y lo deja al indefinido: «se le ha reprochado». Tampoco éste ha querido ahondar en la motiva­ ción última de este carácter desgarrado que percibe el poeta-pensador. Pero sabe muy bien que se halla en que el alma de N. Kazantzaki vive las palabras que Francisco dirige a uno de sus discípulos: «E l corazón está más cerca de Dios que el espíritu. Obedece a tu corazón. Sólo él conoce el camino del Paraíso» 25. Y el comentario a las mismas que se lee en otro pasaje: «E l espíritu sólo sabe hablar, interrogar y profun­ dizar. Pero el corazón no habla, no pregunta y no profundiza. Avanza hacia Dios y se entrega a El sin palabras. El espíritu es el abogado de Satanás; el corazón es el servidor de Dios. Se prosterna diciendo al Señor: ¡Hágase tu voluntad! » 26. Ante esta mentalidad que así con­ trapone drásticamente el espíritu y el corazón se explica porqué Ka­ zantzaki, que encarna en San Francisco las fuerzas del amor frente al poder de la inteligencia, ha visto la vida de éste cruzada por un 23. M. F. S c ia c c a , Grecia, en Las grandes corrientes del pensamiento con­ temporáneo, t. I, Madrid 1959, 764. 24. G. U s c a t e s c u , o . c ., 266. 25. El Pobre de Asís, 104. 26. O. 97.

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