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398 E. RIVERA a recopiar las palabras más decisivas de W. Schubart sobre la misión histórica del franciscanismo: «Lo que la Iglesia romana ha de desear para cumplir sus tareas orientales es el resurgir del espíritu franciscano. Si lo despierta para una nueva fuerza de vida, disipará pronto el recelo —ya infundado— de los cristianos orientales de que en ella la libertad cristiana se ha conservado debilitada»21. Estas últimas palabras nos dicen que la más tremenda objeción, el prejuicio más tenaz, de los cristinos orientales contra la Iglesia Roma na, puede venirse a tierra por el resurgir del sencillo espíritu francis cano, por este espíritu de santa libertad, que brinda el amor y la paz. Y con ellos, la bondad y la clemencia. N. Kazantzaki acepta la visión de W. Schubart sobre San Fran cisco, santo de la bondad y de la clemencia. Pero no lo ve como puente entre ambos mundos. ¿Por qué? Dejamos al lector que dé la respuesta después que hayamos expuesto la bella creación del novelista cretense. 2 . T r a n sf ig u r a c ió n l it e r a r ia d e l « P o v e r e l l o » po r N ik o s K a z a n t z a k i La transfiguración literaria que recibe San Francisco en la obra de N. Kazantzaki, El Pobre de Asís 22, puede leerse desde el análisis psi cológico que cala hondo, a veces de modo unilateral e inconsistente, en el alma del santo, y desde la proyección histórica del mismo, consi deración ineludible para todo pensador oriental. Subrayamos lo de pen sador, porque el novelista y poeta, Kazantzaki, fue igualmente pensador con un estilo muy peculiar según lo refleja este juicio del historiador griego G. Mourelos: «Un género de filosofía muy cultivado en Grecia (en este siglo) es la filosofía lírica, de inspiración nietzscheana, en la 21. O. c., 179. 22. Buenos Aires 1958. Este título no corresponde al original griego según se lee en la Threskeiké kai Ethiké Egkyklopaideia, Athenai 1965, t. 7, 149, que le da un título que traducimos directamente del griego: El pobre de Dios {biografía mitificada del santo Francisco de Asís). En la revista Concilium (1981, n. 169, 408), R. Walf afirma de N. Kazantzaki: «Este escritor es honrado y titula su obra: Mi Francisco de Asís». Esto parece copiado de M. ab Alatri: «Opus verius scripsisset Mon François dAssisi loco Le Pauvre dAssisi (Collectanea Franciscana 28 (1958) 104). El lector sabe que nada de esto corresponde al título original.
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