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394 E. RIVERA cas, que también han promovido otra clase de movimientos. Pero para llegar a la meta se requiere una revolución en la interpretación de la civilización moderna. Replica A. Toynbee que él desearía ver la mentalidad «esho funi», por todo el mundo, como creencia religiosa con su moral obligatoria. Por lo mismo desearía que Francisco fuera adoptado por los budistas como un «Bodhisattva» — sabio dotado de sabiduría y misericordia— 6. D. Ikeda asiente con estas palabras: Aunque soy budista siento que San Francisco es digno de gran respeto. Tengo el convencimiento de que San Francisco y Jesús pertenecen a lo que los budistas llama­ mos «mundo bodhisattva». Y juzgo que necesitamos de una coopera­ ción mundial de las religiones y de las filosofías 1. La conversación de ambos pasa entonces a ponderar la necesidad de un movimiento sincretista mundial que aúne a todos los creyentes en las fuerzas del espíritu para luchar contra la despiadada tecnología que nos puede aplastar. Surge aquí uno de los grandes temas de la hora que tenemos que dejar para otra oportunidad. Pero de esta conversa­ ción a nivel mundial deducimos que la figura de San Francisco no puede quedar limitada a que en el santoral católico se le considere desde ahora Patrono de la Ecología. Bien merece este patronazgo. Pero su figura salta también al gran mundo secularizado, desde Inglaterra hasta el Japón. Este mundo ha visto en él el modelo de un venerando amor a la naturaleza a la que hay que salvar, por ser el entorno impres­ cindible del auténtico vivir humano. En el lejano Japón hallamos también este otro dato histórico inte­ resante. Ya ha pasado a la Historia General de la Filosofía el nombre del filósofo japonés, Kitaro Nishida. Una de sus principales obras, En­ sayo sobre el bien ha sido traducida al español8. Ya no es, por lo mis­ mo, una figura desconocida. Pues bien; sobre este filósofo leemos en un especialista del pensamiento japonés, Gino K. Piovesana: «Nishida explora más detalladamente las relaciones entre el arte y la moralidad en un capítulo cuyo título es ya todo un programa: 'Unidad de la verdad, la belleza y el bien’, que encabeza por el Himno de la ereatura a Dios, de San Francisco de Asís» 9. Anote el lector no sólo la vecindad 6. Sobre este concepto, cf. D. Ik ed a , o . c ., 208-211. 7. The Toynbee-Ikeda dialogue, 40 y 307. 8. Trad. de A. Mateix y J. M. de Vera, Madrid 1963. 9. Pensamiento japonés contemporáneo, Madrid 1967, 97.

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