PS_NyG_1981v028n002p0333_03380410

334 RAUL FORNET-BETANCOURT pasado y la tradición, para privilegiar el futuro como aquella dimensión tem­ poral en la que el hombre se irá manifestando en tanto que señor de sí mis­ mo y de la historia. Con lo cual se prepara la vuelta no antropológica sino antropocéntrica que se encontrará a la base de una de las formas más fuertes de ateísmo en Occidente, cual es, el ateísmo postulatorio. A la ideología de la modernidad va ligada también otra de las formas centrales del ateísmo occi­ dental: el científico De igual forma se vincula a ella el ateísmo moral, pues la ideología de la modernidad, con su culto del bienestar y del placer, torna casi imposible el aprovechamiento religioso del sufrimiento y del dolor. Para el profesor Morra, sin embargo, la modernidad ha entrado en crisis. Manifestaciones evidentes de esta crisis serían, según él, el fin de la utopía tecnológica, el fin de la utopía revolucionaria, el cambio de rumbo en los fi­ nes perseguidos por los nuevos movimientos de revuelta, la crisis de la moral laica y la crisis del permisivismo. Esta crisis es, en el fondo, el resultado del nihilismo realizado y mixtificado en la época moderna y por ello sólo puede ser superada por una cultura católica orientada en los principios fundamenta­ les de la tradición, la autoridad y el anuncio de la verdad. Las otras dos ponencias que se destinaron al estudio fenomenológico del ateísmo en el mundo actual, corrieron a cargo de los profesores F. Skoda y G. K. Piovesana que se ocuparon, respectivamente, del ateísmo y la no-creen­ cia en los países del Este y en los países orientales. En su exposición F. Skoda insistió en la especial situación de los países comunistas en los que los aparatos estatales y oficiales siguen propugnando el ateísmo como un progreso científico. Por su parte el profesor Piovesana centró sus reflexiones en el pen­ samiento japonés y su tradicional línea materialista, hedonista y naturalista. Después de la sesión dedicada a la presentación resumida de las comunica­ ciones en torno al tema del día, se cerró esta primera jornada con una mesa redonda en la que se abordó de forma especial el problema del ateísmo cien­ tífico. La determinación de las relaciones entre la fe y la ciencia fue, lógica­ mente, una preocupación central de esta mesa redonda. En el segundo día el fenómeno del ateísmo fue estudiado desde la pers­ pectiva histórica. En la primera ponencia, que corrió a cargo del profesor Del Noce y que llevaba el título de «Matrices histórico-políticas del ateísmo», se destacó el hecho de que el ateísmo político intenta ser una respuesta mo­ ral a la decepción que ha sufrido el hombre en el mundo moderno. De aquí que la primera matriz del ateísmo actual se encuentre en el juicio de la inter­ pretación filosófica inmanentista de la historia. Se ha intentado, en efecto, res­ taurar la dimensión de lo divino en la forma de la inmanencia. En estrecha re­ lación con ésta se presentan, según Del Noce, las otras dos matrices histórico- políticas del ateísmo de hoy: la complejidad social con su inmanentismo éti­ co y el mito del mundo nuevo, común al fascismo y al marxismo. Consecuente con su diagnóstico de la situación general del mundo contemporáneo, con­ cluyó el profesor Del Noce que sólo una auténtica teología de la historia pue-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz