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LA MUSICA EN LA LITURGIA 321 Posteriormente la Instructio de Música in sacra Liturgia (1967) ya no habla «de música sagrada»3, sino de la música en la liturgia. Esta instrucción sigue las directrices de la constitución sobre la liturgia del Vaticano II. El canto gregoriano se menciona aquí como canto ideal, pero sólo en las celebraciones en latín y con canto (art. 50). La ejecución del canto y la partici­ pación en él ya no se toman del modelo gregoriano sino que se tiene en cuen­ ta la esencia misma del canto y su función dentro de la liturgia (gradual, credo, sanctus, agnus, introito, ofertorio, comunión). La instrucción Musicam sacram distingue los grados de solemnidad de la celebración: El grado de importancia del canto se escalona del siguiente modo: 1. Partes que cantan el sacerdote y los ministros y a las que responde el pueblo. 2. Partes que son cantadas conjuntamente por el sacerdote y el pueblo. 3. Partes que son canatdas solamente por el pueblo o por un grupo coral. La última documentación oficial sobre la música en la liturgia procede de Juan Pablo II. Con motivo del V II Congreso Internacional de música sagrada el Papa escribió una carta en latín, el 25 de mayo de 1980, dirigida al carde­ nal Joseph Hoeffner, arzobispo de Colonia, urgiendo la necesidad de seguir cultivando el canto gregoriano y el canto polifónico en latín, pero introducien­ do a la vez las formas nuevas de canto litúrgico de acuerdo con las tradiciones de los pueblos, idea esta última que procede del Concilio (Sacrosanctum Conci- lium, art. 119). El Papa ha vuelto a recordar con nostalgia la vieja idea de que el canto gregoriano es el canto propio de la liturgia romana, estrechamente vinculado a la lengua latina. Pero no podemos olvidar que del mismo modo que no es posible volver al latín para celebrar nuestra acción litúrgica, tampoco es posi­ ble cantar gregoriano en una celebración normal si no es por motivos cultura- lizados y con una intención bien precisa. Lo que sí recomienda el Papa acertadamente es un estudio comparativo en­ tre las formas antiguas y las formas más recientes de expresión musical, para que la nueva «música sacra» sea instrumento «digno», inspirado en el ejem­ plo «gregoriano». (Como se ve hay una vuelta a cierta terminología ya supe­ rada: música sacra, dignidad, modelo gregoriano). 3. El término «música sagrada» tuvo su origen en el luteranismo alemán y se implantó en la terminología eclesial para distinguir a la música religiosa en sentido amplio de la música eclesiástica.

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