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SAN FRANCISCO ANTE LA HISTORIA 271 I SAN FRANCISCO, FUERZA ESPIRITUAL DE LA HISTORIA El hombre se ve forzado a reflexionar sobre la historia ante el sofrenazo de la catástrofe. La primera gran visión unitaria de la historia, el ver la historia humana como la historia de una gran familia a lo largo de los siglos, la ha prospectado San Agustín en su De Civitate Dei ante los escombros de Roma asaltada por los godos de Alarico, el 24 de agosto de 410. Se recuerda este hecho a propósito del «libro más estruendoso» que se ha escrito en este siglo sobre el tema de la historia, el de O. Spengler, La decadencia de Occidente1. Publicado en 1918 se halla bajo el impacto del desplome de Centroeuropa al final de la pri­ mera guerra mundial. Tiene el gran mérito de volver a la visión unitaria de San Agustín. Pero al interpretar las culturas como ciclos biológicos y considerar en sus últimas reflexiones que la clave de la historia se halla en quien detenta el poder político, se encuentra muy lejos de reconocer la decisiva influencia de los factores espirituales. Un personaje como San Francisco le interesa tan sólo como representante de la cul­ tura medieval gótica cristiana, que vive en tensión hacia la Trascenden­ cia. De su interpretación del mismo merece recogerse esta frase de larga perspectiva en la que contrapone al Dios, «el Padre de San Francisco de Asís», con el Dios «Sumo Poder», que va a dominar toda la cultura occidental a partir del Renacimento. Hasta en su vertiente religiosa de Loyola y de Lutero4. Discutible esta frase como expresión sintética del contraste entre la edad media y el mundo moderno, pone en relieve el camino espiritual que sigue Francisco frente a los duros poderes que se harán sentir en la última época de nuestra historia. No precisa Spengler, ni lo podía hacer, en qué consiste el camino espiritual que sigue Francisco y cómo viene a ser una fuerza histórica. Pero sí lo intentará hacer ver el otro gran pensador de la filosofía de la historia en nuestros días, Arnold J. Toynbee. Este sigue a Spengler en su planificación unitaria de la historia. En 1934 publica sus tres primeros volúmenes de Estudio de la Historia. 3. S pe n g l er , La decadencia de Occidente. Bosquejo de una morfología de la Historia Universal, trad. M. García Morente, 6.a ed., 4 vols., Madrid 1944- 1946. 4. O. c., vol. II, 269.

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