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LA REFORMA DE LOS ESTUDIOS FILOSOFICOS. 235 rango internacional que tenía en el político-geográfico, donde era la «lengua de las Indias y de parte del Asia» 16. E l conde, sin embargo, andaba un poco rezagado, no viendo los posibles matices negativos de su acariciada «libertad de pensar», y no advirtiendo lo que ya captaban, como un peligro, otras inteligencias más avisadas, para las cuales el decantado espíritu filosófico distaba poco del espíritu «libertino», y una cosa era la filosofía y otra el libre pensamiento 17 hostil a la religión. «H asta ahora — afirma Campomanes en el tercero de los manuscritos utilizados— no se había dado con el descubrimiento de que el espíritu filosófico sea repugnante a la teo logía; antes, la universal práctica de la Iglesia ha sido hacer preceder el estudio de la filosofía y el buen discernimiento metafísico y filosó fico. Tal vez estos anónimos lo habrán confundido con el pecado filo sófico» (! ). Esta falta de finura en mente tan abarcadora no distaba menos de otras apologías bien intencionadas, pero más agudas, de dicho esprit, que él podía conocer por hallarse alguna de ellas entre sus papeles per sonales, e incluso haberla retocado de su mano. En el citado plan de estudios de su colega galo La Chatolais 18, cuya versión le había sido dedicada a Campomanes por el profesor zaragozano Inocencio Camón (1768), se analiza y defiende tal espíritu por sí mismo y no por sus posibles implicaciones antiteológicas, aunque el autor se percate del peligro de extrapolarlo, enfocándolo contra el cristianismo. Para La Chatolais el espíritu filosófico es tan distinto y superior a la filosofía como el geométrico lo es a la geometría, y estriba en atribuir cada cosa a sus verdaderos principios, nadando, si es preciso, contra la corriente de la costumbre y las opiniones; nace de la práctica de una lógica exacta y de una buena crítica, fundadas sólidamente en los principios 16. Cf. documentos citados en las notas 12 y 17. 17. ACC, 34/8: Defensa del Plan de Estudios formado por D. Felipe Sama- niego, satisfaciendo a las tachas que ciertos papeles anónimos le atribuyen in fundadamente, ms. de 13 hoj. y 210 X 150 mm. Los anónimos atacaban la «ideología» de dicho plan compuesto para el Colegio Imperial por Felipe Sarna- niego. Según Campomanes, había sido aprobado por G. Mayáns. Por la corres pondencia de este último sabemos que Samaniego era candidato del conde para la direción de los reformados estudios de San Isidro y sujeto más benemérito que Manuel de Villafañe. Cf. A. M e s t r e , Un grupo de valencianos en la corte de Carlos II I, en Estudis 4 (1975) 222. 18. ACC, 13/3: L. R. de C. de L a C hatolais , Prueba de educación na cional, traducción manuscrita. Su elogio del espíritu filosófico se encuentra en el f. 24.
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