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LA REFORMA DE LOS ESTUDIOS FILOSOFICOS. 231 que sus grandes construcciones en la edad moderna. «En los modernos — escribe— no tenemos unos fomentadores de la filosofía, y sí unos filósofos ingeniosos, que abrieron nuevos sistemas». En ellos echa de menos la utilidad y el buen gusto, consistente en conformarse a la experiencia, por lo que son la antítesis de los cultivadores de la filosofía natural. Considera paladines en la serie de éstos últimos a «nuestro doctor Oliva de Sabuco» 8 y al «famoso canciller Francisco Bacón», a quienes han seguido, entre otros españoles, el doctor Martín Martínez y Feijoo. Mas ¿qué entiende Campomanes por la libertad filosófica, de cuya importancia se propone disertar? Para él no se trata de un acto voli­ tivo, sino intelectual, pues el acento recae, en la expresión, sobre el término «filosofía», estando en juego no tanto un acto de la facultad humana de elegir cuando de la de discernir: «Esta libertad — dice— consiste en el desembargado y sencillo uso del propio juicio en las ma­ terias filosóficas», requisito indispensable para no proceder con prejui­ cios o «preocupación» 9. Para bien filosofar hay, pues, que ir al en- 8. No estaba aún esclarecida la identidad de los Sabuco, padre (Miguel) e hija (Oliva). Hoy sabemos de la Nueva filosofía de la naturaleza del hom­ bre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos, la cual mejora la vida y la salud humana. Escrita y sacada a luz por doña Oliva Sabuco (Ma­ drid 1587) era obra de Miguel Sabuco y A lV arez (f 1588). Cf. J. M. H idalgo, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 12 (1906) 3 ss.; B. M arcos, Miguel Sabuco (antes Doña Oliva), Madrid 1923. «Sabuco vuole che la medi­ cina non ‘ dipenda piü dalle speculazioni degli antichi filosofi, ma dal Yosserva- zione e dalla conoscenza della natura dell’uomo» ( Grande Antología Filosófica, VII, 311). 9. La acepción de «preocupación» como sinónimo de «prejuicio», tan fami­ liar al siglo x v iii , es antigua. Petrarca dice en 1333 acerca de una ceremonia el día de san Juan en Colonia, a orillas del Rin: «...D ii boni, quae forma, quis habitus! Amare potuisset quisquís eo non praeoccupatum animum attulisset». Campomanes la llama también «juicio anticipado», es decir, pre-juicio. Sobre la libertad filosófica como ideal, en la historia de la filosofía española, recuérdese la obra de Isaac Cardoso, Philosophia libera (Venetiis 1673) y su lema: «¿Q ué secta hemos de seguir? —Ninguna.— ¿A qué filósofo? —A todos y a ninguno, porque el sabio no debe jurar en las palabras del maestro, sino elegir lo mejor de cada uno y lo que más se conforme a la razón y parezca más verosímil —» (Citado por G. F ra ile , Historia de la filosofía española, I, Madrid 1971, 318, y por O. V. Q uiroz-M artínez, La introducción de la filo­ sofía moderna en España, México 1949, 49). A los pocos años publicaba el medico Juan de C abriada su Carta filosófica, médico-chymica (1676), cuyo pró­ logo, de Dionisio de Cardona, está dedicado a defender la «libertad de filosofar y medicar», valiéndose de la experiencia como guía y criterio. Hacían entonces sus primeros pinitos los novatores : cf. J. M. López Pinero, La introducción de la ciencia moderna en España, en Revista de Occidente, 1966, 148-50. Otro

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