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230 GERMAN ZAMORA asuntos didácticos, escogemos tres manuscritos que ofrecen garantías suficientes, por criterios internos y externos, de pertenecer a la pro­ ducción de Campomanes, aunque no lleven su firma expresa. El primero de esos escritos se intitula precisamente Discurso aca­ démico sobre la importancia de la libertad filosófica en las ciencias naturales. En el desarrollo de su tema el autor hace suya la estima de Séneca por la filosofía, con lo que a la vez se vincula a la vieja tradi­ ción hispanolatina que le es cara 6. El título que ha dado a su Discurso refleja ya de entrada dos características de las opiniones filosóficas de Campomanes, muy dieciochescas por lo demás: la libertad de filosofar y el conocimiento de la naturaleza. El conde está persuadido y quiere convencer de que el eclecticismo es la vía de la verdad, y la filosofía natural el lugar por excelencia de la misma. Efecto inmediato de esa asunción ecléctico-naturalista — a veces asimilada a «escéptica», como ocurre en otros autores coetáneos 7— es el rechazo de su antípoda, el sistematismo, cuyo camino se considera arbitrario y erróneo, no menos nes, un helenista en el poder, Madrid 1976; P. R odríguez de C am pom an es , Alegaciones fiscales, ed. de T. Alonso, 4 vols., Madrid 1841-1843; J. C ejudo L ó p e z , Catálogo del archivo del. conde de Campomanes, Madrid 1975. Los fondos de este archivo han dado ya lugar a importantes estudios, como alguno de los citados, y publicación de documentos, como: P. R odríguez de C ampoma ­ n e s , Dictamen fiscal de expulsión de los jesuítas de España, ed., introd. y notas de J. Cejudo y T. Egido, Madrid 1977. Citamos los documentos de este archivo con la sigla ACC, seguida del número del manuscrito. 6. ACC, 38/3: Discurso académico sobre la importancia de la libertad filosó­ fica en las ciencias naturales, ms. de 11 hoj., 215 X 160 mm , s. 1., s. p. «En el método que escribía Séneca a Lucilio sobre la importancia de los estudios filosó­ ficos. pondera el grande examen que se debe hacer en estas materias y estudio filosófico, que, por especial, copiaré aquí: 'Despierta, escudriña y observa — le dice— por todos lados que no es la filosofía un artificio popular, dirigido a ostentación. No consiste en palabras, y sí en la sustancia de las cosas. No se toma para pasar en diversión el día, o aburrir el fastidio que da el ocio. Forma, s í; el ánimo, y le labra, dirige la vida, gobierna las acciones, muestra lo que se ha de tomar o dejar, lleva el timón, y en las dificultosas dudas asegura la salida’» (Epístola XV I). Cf. S én éq u e , Lettres a Lucilius, París, Les Belles Let- tres, 1956, I, 64-65. 7. «...lo s numerosos pensadores independientes que en todo el siglo x v iii , pero especialmente en su primera mitad, tomaron el nombre de escépticos reformados (o mitigados) que luego, con mejor acuerdo, trocaron por el de eclécticos». «Tenían por nota común el ser adversarios de la escolástica y par­ tidarios del método experimental, aplicado a las ciencias físicas; pero en todo lo demás disentían unos de otros, inclinándose ya al cartesianismo, ya al ato­ mismo gassendista, ya al baconismo y a su legítimo descendiente el sensualismo lockista» (M. M en én d ez P elayo , Ensayos de critica filosófica, Madrid 1948, 206).

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