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LA REFORMA DE LOS ESTUDIOS FILOSOFICOS. 255 porque toda está reducida a las precisiones frívolas, y a abstracciones ridiculas, con que en vez de aclararse, suelen confundirse las materias», situación de la que en buena parte son responsables las disputas pú­ blicas. b) «E l uso inmoderado de lo que llaman Metafísica y sólo consiste en un juego de palabras vanas y sin sentido, de que muchos ridiculí- simamente se valen hasta en la Facultad de Derecho, queriendo que diga la ley o el canon lo que su corrompidísima fantasía les propone». Muchas de estas observaciones de Tavira pertenecían al acervo común dieciochesco de la crítica antiuniversitaria 51, y resonarían repe­ tidamente en escritos de Campomanes a la universidad de Salamanca, como la de los grados formularios; otras pasarían a las enmiendas que el fiscal hizo en su día al plan acordado por ésta. Y algunas, más priva­ tivas de ella, eran no menos de dominio público, como las alusiones a Torres Villarroel y sus pronósticos 52. Pero al través de todas se trasluce la mentalidad de su autor, coincidente en gran medida con la de Mayáns y casi en todo con la de Campomanes, v. gr., la ridiculez de la colación de los grados y la necesidad de conferirlos «por rigurosa oposición»; el antiescolasticismo; la apertura a la filosofía moderna a través del eclecticismo; la urgencia de actualizar la enseñanza de las matemáti­ cas; el aprecio de la física experimental; la noción conceptualista de metafísica, etc. 51. Véase F. A g u ila r P iñ a l, L os comienzos de l& crisis universitaria en España. Antología de textos del siglo XV III, Madrid 1967. 52. Cf. M. S e r r a n o y S an z, El Consejo de Castilla y la censura de libros en el siglo XV III, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 15 (1906) 42-45. No sólo Diego Torres Villarroel, sino su sobrino y apadrinado de cátedra Isi­ doro Ortiz Gallardo entretenía al público con tales almanaques. El de 1767 se titulaba Embajada de los astros, sueño astronómico. Pronóstico diario de cuartos de luna, con los sucesos elementales y políticos de Europa, para el año de 1767, por el Pequeño Piscator de Salamanca, el Dr. D. Isidoro Ortiz Gallardo de Villarroel..., Madrid 1766. Entre los pronósticos del año parece estaba el de la caída de Esquilache, y se habría atraído las iras de Campomanes por el motín que la envolvió. El conde juzgaba «improporcionado» el estudio de las matemáticas y la predicción del futuro y a los pronósticos, inútiles para «la pública instrucción» y perjudiciales al gobierno.

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