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252 GERMAN ZAMORA vencible repugnancia que muestran a usar, y aun a querer ver, los escritos de tantos extranjeros doctísimos como hay en todas facultades desde la renovación de las Letras», pretextando que o son anticatóli­ cos o enseñan doctrinas contrarias a las vigentes en España. Como «medios para reformar la universidad» avanza, entre otros, el nombramiento de un visitador regio, que pudiera ser el proprio Cam- pomanes, para que diera «nuevo ser a aquellos Estudios»; la elabora­ ción de nuevos planes en todas las facultades; la duración del recto­ rado tres o más años en vez de uno solo; la deputación de consiliarios nacionales o provinciales para ayudar al rector con su vigilancia sobre los estudiantes de su propia demarcación, «como lo hacen las cabezas de las naciones en que la universidad de París está dividida»; la mejor dotación de las cátedras y el cese de las desigualdades entre ellas (podían oscilar entre una renta de 20.000 reales a otra de 500); la supresión de las universidades menores y la «reforma fundamental» de las restantes, o de todas, si aquéllas continuaban abiertas; en todo caso, deberían hacerse distinciones en favor de los estudios cursados en Sala­ manca y en otras tres o cuatro universidades, para servir de estímulo; la reducción del número de estudios públicos de gramática y artes exis­ tentes en muchos pueblos, tolerándolos sólo en las poblaciones alejadas de una universidad; la erradicación del espíritu de partido en las órde­ nes religiosas mediante la imposición de un común plan de estudios, «que debería ser universal a todo el reino»; la supresión de todas las cátedras de escuela en filosofía y teología, e incluso y absolutamente, del mismo nombre de «Escuela» 49; la creación de cátedras de derecho natural, de gentes y patrio; de dogmas, controversias e historia ecle­ siástica; de física experimental; el sacar del polvo de los archivos mu­ chas obras notables, haciéndolas reimprimir; el acabar de una vez con los prejuicios contra los libros extranjeros; etc. Estas son las principales deficiencias y sus correctivos, según Tavira. A nivel de universidad, coinciden, como se ve, con las denunciadas por (1565-1631), catedrático, como el anterior, en Salamanca, donde luchó contra los abusos en la provisión de cátedras y publicó In quatuor Institutionum ]ustiniani libros commentaria (1600), con otros escritos notables de jurisprudencia. 49. Tan drástica uniformación pretendía en el fondo que todo el clero y sobre todo el regular, por más reacio, abandonada la escolástica, se formara en la Biblia, tradición, patrística, concilios, historia y disciplina eclesiásticas, en las que lo consideraba lego: «beberán en las mismas fuentes». «Explicarán el dogma, desterrado hasta ahora injustamente de nuestras aulas». Era la pers­ pectiva filojansenista.

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