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LA REFORMA DE LOS ESTUDIOS FILOSOFICOS. 247 dible su aprobación previa para conseguir el acceso a medicina, dere­ chos y teología. Para iniciar el estudio de la filosofía, a su vez, exige se haya superado el de la gramática, la retórica y, parcialmente, el de griego. A fin de evitar malentendidos, distracciones y pérdida de tiem­ po, no se enseñará por dictado, sino por libros o impresos. Su lema ecléctico en el curriculum filosófico no ofrece ambigüedad: «No se haga profesión de seguir a Platón ni a Aristóteles, ni a ningún otro filósofo, antiguo o moderno, sino sígase solamente la verdad». Las cuestiones de palabras y los problemas físicos oscuros, especialmente si se relacionan con la revelación, deberán evitarse. Contra muchos en su siglo, opina que el método geométrico no es el más apto para la enseñanza de la filosofía, ya que «es más para los ojos y la pluma que para el oído, pri­ mer instrumento del saber». Cursándose por unas instituciones «cumplidas, claras y metódicas», se garantizará la uniformidad de su enseñanza en todas partes, y se eliminarán «las caprichosas contiendas de los maestros, empeñados en defender y sostener contrarios sistemas» 39. La dificultad mayor estriba en encontrar una obra de texto con las cualidades indicadas y que, ade­ más, esté escrita con ingenio, juicio y consonancia con la doctrina cató­ lica. La competencia de Mayáns en esa materia no era relevante, y él mismo tenía conciencia de ello, pues vacila al señalar el texto, poniendo en primer lugar uno que le parece más al día, pero que no conoce bien; en segundo, el Compendio filosófico, de Tosca, y en tercero a Duhamel: «¿En dónde se hallará una Filosofía entera, en todo conforme a la Religión católica, escrita con ingenio y juicio, metódica y clara? Yo no la he visto hasta ahora. Sé que en el año 1761 se empezaron a imprimir en París, apud Villette, et viduam Robinet, unas Instituciones de Filosofía ordenadas con nuevo método, que han sido muy celebradas; y lo que he visto de ellas, esto es, la Lógica, Filosofía Moral y Metafísica, me parece harto bien. Esta Filosofía se puede entregar al examen de hombres doctos y ver si en todo son a propósito, o pueden serlo con algunas enmiendas; y, si no fueren del caso, se puede echar la voz de lo que se desea, sin elegir persona determinada, para poder después escoger la más bien escrita; y entre tanto, se puede dar en las Universidades el Compendio filosófico del Doctor Tomás Vicente Tosca, por estar escrito con bastante juicio, 39. Id., 346.

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