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244 GERMAN ZAMORA ca (pasar de la historia de la disciplina al conjunto de sus verdades seguras y de aquí a los puntos en duda y controversia, para terminar enlazándole las ramas sueltas que le pertenecen), que cuando sentencia en pro de la utilidad en materias teológicas, y casi la identifica con su criterio de verdad intrínseco: «La bondad de las ideas — afirma— tiene dos solas medidas: primera, la verdad; segunda, la utilidad. Esta medida en las ciencias sagradas es una sola, porque en ellas lo que no es verdad es peor que nada, y nada es lo que no es útil» 33. Y no menos hijo de su tiempo y generación se demuestra, final mente, cuando reglamenta el estudio de la legislación foral, de las cartas pueblas y de la moderna legislación nacional junto al de los demás derechos. O en detalles nimios, como el de introducir en el régimen de su reformado Colegio Imperial de Calatrava la «junta censoria» para la dirección general de los estudios y asesoría del rector. 2. I d e o l o g í a e ideario e n d o s i n t e l e c t u a l e s d e l a r e f o r m a El de 1766-1769 fue un trienio de efervescencia planificadora a nivel de gobierno. Madrid se sentía espoleado desde diversos frentes. Las cortes europeas más afines a la española tiraban de ella en ese sen tido. Lisboa estaba acometiendo la transformación de la universidad de Coimbra. En el propio Madrid se hacía imprimir en 1768 la «Consti tución para los nuevos Reales Estudios de Parma», posible espejo de los de España. Y de Nápoles y sus afanes reformistas se tenía un paradigma clásico sobre el mismísimo trono hispano. Además de esos alicientes foráneos, era fuerte la presión interior y nada desdeñable la ocasión. La minoría insatisfecha por el estado de la enseñanza pública empujaba con firmeza, por creer llegado el momento del cambio 34. Estos y otros factores movieron al gobierno a lanzar una ofensiva de tanteos para comenzar a perfilar su estrategia, a fin de clarificar 33. A un joven teólogo (BAE t. 46, 277a). Sostienen los jovellanistas (G óm ez C enturión 1913; C aso G onzález 1964) que el Reglamento influyó en muchos centros docentes europeos. Nos preguntamos si no sería más bien a la inversa, según constante casi invariable en su siglo. Es un problema por investigar. 34. Entre las pocas palabras de la dedicatoria a Campomanes del plan de La Chalotais por su traductor I. Camón se halla este manifiesto : «Aproveche mos, pues, este momento de dar forma sólida a la educación, porque de él depende absolutamente la reforma o el caos de los Estudios».
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