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118 ROMAN SANCHEZ CHAMOSO entonces los conflictos entre la revelación y el pensamiento ilustrado. La Iglesia es acusada de oscurantista, comienza una actitud crítica ante el pasado eclesial; la Iglesia es vista como freno ante las nuevas singladuras del pensamiento humano, por lo que se concitan sobre ella un cúmulo de sospechas y recelos. Por su parte, la Iglesia se coloca muy frecuentemente a la defensiva, encerrándose en su reducto y acu­ diendo abusivamente a la condena. En muchos ambientes había que estar en contra de la Iglesia por el mero hecho de alinearse a favor del geocentrismo y de la evolución, de la democracia y de la ciencia nueva, del liberalismo y del socialismo. En numerosos documentos de los Papas se volvía la espalda a estos fenómenos. No queda aquí la cosa. En época más cercana, desde hace aproxi­ madamente un largo siglo, nos encontramos con autores y escuelas de pensamiento que se lanzan a un ataque frontal y despiadado contra la Iglesia, a la que ven como el gran obstáculo en la marcha ascendente del hombre. Se echa en cara a la Iglesia y a lo que ella representa de poner trabas al progreso humano, se generaliza en muchos ambientes el clima de sospecha, por lo cual se pretende marginar a la Iglesia en la tarea de promoción del hombre. Para algunos contemporáneos nues­ tros la Iglesia sigue siendo una institución retrógrada y ajena al queha­ cer del progreso. El puesto que ocupó en otras épocas ha sido asumido hoy por el pensamiento, la ciencia y la técnica. Estos tres enfoques nos ponen en la pista de tres modos epocales de entender y valorar la relación entre la Iglesia y el progreso. Pero son sólo tres panoramas de urgencia, demasiado simplificadores para darnos un tratamiento justo del tema y, por tanto, radicalmente insu­ ficientes. Deberemos afinar mucho más en nuestro análisis para hacer posible un diagnóstico que responda más debidamente a la verdad de los hechos. Con ninguno de estos tres enfoques podemos dar cumplida respuesta a la pregunta: ¿Es la Iglesia una fuerza conservadora o es un factor de progreso humano? 2 . A l g u n a s t e s i s f u n d a m e n t a l e s c l a r i f i c a d o r a s a) La Iglesia se siente urgida por la búsqueda de la verdad. La verdad sobre Dios y sobre el hombre ante todo, pero también la ver­ dad del mundo y de las cosas. La Iglesia confiesa como su Señor a alguien que se definió como «la verdad y la luz» (Jn 14, 6). El Nuevo

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