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128 ROMAN SANCHEZ CHAMOSO Por último, debemos tener conciencia de que hay una historia de la noción de progreso, historia que nos deja el testimonio de la sensi­ bilidad de cada época y de cómo se ha llegado a perfilar la idea que hoy tenemos 26. Es corriente la distinción de dos concepciones funda­ mentales de progreso en nuestro ambiente más cercano. Concepción anglo-sajona, más técnica, pero menos humanista. Está polarizada por la estrategia mundial de desarrollo, para lo que cuenta ante todo con la técnica moderna. E l objetivo a conseguir es la superación del sub- desarrollo. Concepción latina, que se fija ante todo en el desarrollo del hombre entero, tratando de borrar las fronteras que frenan su desarrollo integral. Muy cercana a esta sensibilidad es la que rezuman los docu­ mentos de la Iglesia 27. f) Después de lo visto debemos dejar en claro que la Iglesia no renuncia a decir su palabra propia sobre el progreso, porque es ésta una realidad profundamente humana. No será una palabra técnica o científica, sino más bien una palabra ética. Hay una abundante lite­ ratura moderna en que se hace la confrontación del progreso con el Evangelio 28. Extractamos las líneas directrices. El hombre está llamado a crecer, a desarrollarse; y está llamado a dominar la creación. Dios ha dejado el mundo en manos del hombre, fiándose plenamente de él y encomendándole un papel activo. No ha 26. Cf. Ch. D u qu oc, o. c ., 17 s.; R. L a u re n tin , o. c ., 54- 63. 27. Cf. R. L a u re n tin , o. c ., 214 s.; 227 s. 28. Sin ánimo de ser exhaustivo, recogemos unos documentos capitales de la 'Iglesia, especialmente en los últimos tiempos: Pío X II, Mensaje de Navidad, 24 de diciembre de 1941: AAS 34 (1942) 17-18; Juan X X I I I , Mater et ma- gistra, 15 de mayo de 1961: AAS 53 (1961) 401-464; Pacem in terris, 11 de abril de 1963: AAS 55 (1963) 257-304; V atican o II, Gaudium et spes, 7 de diciembre de 1965; Pablo V I, Populorum progressio : AAS 59 (1967) 257-299, de 26 de marzo de 1967; Octogessima adveniens : AAS 63 (1971) 401-441, del 14 de mayo de 1971. De entre los teólogos que se han ocupado del tema, ade­ más de los ya citados (Duquoc, L aurentin , F lick , A lszeghy) y de los nume­ rosos comentarios a los documentos de la Iglesia arriba referidos, cf. J. A lfa ro , Hacia una teología del progreso humano, Barcelona 1968; M. B ru g aró la, So­ ciología y teología de la técnica, Madrid 1967; J. Comblin, Theologia do desen- volvimento, Belo Horizonte 1968; F. H o u ta rt - V. O. V etrano, Hacia una teo­ logía del desarrollo, Buenos Aires 1967; P. La Chapelle, Nouvelles dimensions des responsabilités chrétiennes. Le Développement des peuples, en Lumen vitae 23 (1968) 60-70; L. J. L eb ret, Dynamique concrète du développement, Paris 1961; Economie et civilisation I, Paris 1956; Action marche vers Dieu, Paris 1949; Dimensions de la charité, Paris 1958; A. M arx, Hacia una teología de la economía, Barcelona 1965; A.-Z. Serrand, Evolution technique et théolo­ gies, Paris 1965; L. van Baelen, Morale du développement. Le problème des pays en voie de développement, Lyon 1967.

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