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126 ROMAN SANCHEZ CHAMOSO to 17. En términos generales podemos decir que significa el cambio que va de un estado neutro o bueno hacia uno mejor, es decir, significa un mejoramiento constante de la humanidad y del mundo; es la marcha ascendente del ser hacia su plena realización, urgida por una tendencia innata y estructural del mismo ser. Para una concepción mecanicista, progreso significa ante todo un fenómeno cuantitativo: incremento de índices de producción y de renta per capita 18. Aquí habrá que colocar el progreso material y técnico, que se impone como «desarrollo» ante el escándalo insultante del «subdesarrollo». Significaría también el mayor dominio del mundo, el conocimiento de las leyes de la naturaleza. Es el campo de acción de las ciencias de la naturaleza y de la ciencia aplicada o técnica. De suyo, este progreso no es automáticamente humano. Para una concepción orgánica significaría ante todo un fenómeno cualitativo: crecimiento diferencial y orgánico, cambio estructural ho­ mogéneo y ordenado. No se trata sólo de rapidez o de utilidad inme­ diata, sino también de equilibrio. Puede ser de orden tecnológico, social o político que dan origen respectivamente a la creciente espe- cialización, a la industrialización y urbanización, a la evolución hacia la democracia. De suyo, es un progreso más humano que el anterior. Un tercer nivel entiende el progreso ante todo como progreso humano o con finalidad humana, que afecta al proyecto global del hom­ bre. Enfatiza el plano del ser y no el del haber o tener. El tener estaría al servicio del ser. «Tener más para ser más» 19. La subordinación del haber al ser es una idea fundamental de la antropología cristiana y, por supuesto, del concilio y de los documentos más recientes de la Ig lesia20. Si el haber (progreso económico y material) y el ser (pro­ greso eminentemente humano) son solidarios y armónicos, entonces 17. Cf. R. L auren tin , Développement et salut , París 1969, 54-70; M . F l ic k - Z. A lsz eg h y , Metodología per una teología dello sviluppo, Brescia 1970, 14-16 (con buena bibliografía). 18. P ablo VI, Populorum progressio, alude a ello y lo denomina «incre- mentum» (nn. 14, 16, 35, 50) o «provectus» (n. 34). 19. Populorum progressio 6. 20. Si hubiera que determinar la idea de progreso dominante en los do­ cumentos de la Iglesia sin duda sería ésta: progreso eminentemente humano, progreso integral que se refiere a todo hombre y a todo el hombre, prevalencia del ser sobre el tener... Esta tradición cristiana se remansa y se relanza una vez más en J uan P ablo II, RH 16 y 20.

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