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84 ANTONIO LINAGE CONDE Una muy parcial y modesta enmienda a ese descuido 309 ha tratado de ser esta aportación nuestra, dentro de un argumento que precisa­ mente por cotidiano y nada llamativo puede resultar de significación más profunda. Antonio L in a g e C o n d e Universidad de Salamanca 309. Véase la novela Le prêtre, de Marc Dem (París 1977, 117*21 sobre todo). Y un cotejo curioso a propósito de las diferencias en el ritmo temporal de los cambios de las mentalidades. Otro canónigo sepulvedano de la catedral de León, el arcediano de Valderas, Clemente Sánchez, escribía su Sacramental, otro catecismo explicado también, entre 1421 y 1423. Y entre él y El cristiano instruido en su ley el universo mental no es tan distinto. Cf. a título de ais­ lado y significativo testimonio, J. G arrido , Catecismo para hombres de ciencia religiosamente subdesarrollados, Buenos Aires 1969. En fin, para el conocimien­ to de las mentalidades en la España coetánea de don Eulogio, acaba de apa­ recer un libro profundo, a saber La guerre d’Afrique et ses répemissions en Espagne. 1859-1904, por M. Lécuyer y C . Serrano, Paris 1976. Sobre los datos de las cofradías aludidos al tratar del padre de don Eulogio, acaba de aparecer nues­ tro artículo Las visitas diocesanas a las cofradías de Sepúlveda, Segovia (1624- 1859), en Escritos del Vedat 10 (1980) 315-396. En relación con la nota 41, F. R odríguez de C oro , La consejera de Isabel II y la ciudad de San Sebastián. La fundación de Cristobaldegui, en Boletín de estudios históricos sobre San Sebastián 12 (1978) 143-87.

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