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80 ANTONIO LINAGE CONDE ción 279, enfocando toda la Edad Media hispano-cristiana exclusivamente a base de sucesivas conquistas y reconquistas bélicas 28°. Pero desde entonces acá ha llovido mucho sobre nuestra historio­ grafía, tanto que ya es hora de clamar por una cierta vuelta a las viejas concepciones, si bien más profunda y sólidamente en cuanto con más conocimiento de causa; y don Claudio Sánchez-Albornoz ha apuntado un tanto el propósito de sus últimos años de reconquistar la recon­ quista. Recientemente nos escribía don José María Lacarra sobre «esa historia y fueros de Sepúlveda que tantos misterios encierran: las es­ tructuras sociales de tan extensa frontera y tan duradera; el derecho de la misma frontera que le gustaría ver abordado de otra forma; la cuestión de los repobladores y su procedencia, unas gentes de frontera que desde Avila a Teruel, a partir de los comienzos del siglo xn en el Oeste y más tarde en el Este, estuvieron sometidos a análogas presiones y reacciones y animados de una mentalidad común» 281. 279. Es más. Polemiza acremente con Cuadrado, a causa de haberse he­ cho este vago eco de la noticia de la repoblación de la villa, teniéndola por tal y no cual reconquista, por Fernán González, que ya dieran los Anales tole­ danos y los Complutenses (169-70). También ataca a Cuadrado a las pp. 70-2. Para otra polémica áspera, véase la p. 30. 280. Sin embargo de lo cual no le entusiasma la leyenda acerca de la to­ ma de la villa por Fernán González, urdida por un tardío monje de Arlanza, fray Gonzalo de Arredondo, quien se debió sentir continuador anacrónico, pero acaso con más imaginación, de sus antepasados cenobitas que incubaron en ese su mismo claustro la gesta en cuaderna vía del excelente conde; y que de él pasó a Diego de Colmenares (contra éste pp. 158-65). Un autor dramá­ tico del setecientos, Manuel Fermín de Laviano, escribió para el teatro La to­ ma de Sepúlveda por Fernán González, manuscrita en la Biblioteca Nacional. De ella hubo de sacarse la materia para los que don Eulogio llama «manus­ critos apócrifos y anónimos», Sepúlveda. Datos sobre la misma en los tiempos antiguos, cuyas fábulas tampoco le hicieron gracia y combate a las pp. 175-81. Sobre Laviano, Don Manuel Fermín de Laviano y unas composiciones inéditas suyas, de J. de E n t r a m b a sa g u a s , en Anales de la Universidad de Madrid 1 (1932) 1-25. En la Historia de la Virgen de la Peña se le llama extrañamente Acenvuch (179). 281. Pendiente de publicación en Asturiensia medievalia está nuestro tra­ bajo La ?nención de Septempublica en la Crónica de A lfonso III. En él cita­ mos a nuestro canónigo contrastándole con la historiografía actual. La proble­ mática meramente bélica del mismo le hace polemizar baldíamente en torno a la fecha exacta del asentamiento fernandino en la villa (165-75). Lacarra nos sugiere en su carta la procedencia aragonesa de algunos repobladores sepulve- danos y del románico de la villa. En este sentido tuvo posiblemente don Eu­ logio una feliz intuición. Véanse sus pp. 212-20 y 228 (a pesar de su iden­ tificación con San Jorge del hombre cabalgando sobre el «dragón» en la por­ tada del templo de la Virgen de la Peña). Publicado ya el trabajo citado: 3 (1979) 105-138.

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