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78 ANTONIO LINAGE CONDE sucesores de Hernando / Calle del Arenal, núm. 11. / 1910 270. Mide 18X12 centímetros y consta de 334 páginas. Tiene 15 capítulos, divi­ didos en parágrafos, y está dedicada a la misma Virgen de la P eña271. Y si por pensarse en los sacros oradores vio la luz el libro, justo es reconocer que un tono más oratorio que el suyo no habría podido concebirse para su abrumadora retórica, desde luego florecida en mu­ cha mayor extensión e intensidad que en el diverso caso de El cristiano instruido en su ley 272. Se dan también las reminiscencias litúrgicas 273. Y las citas bíblicas son muy numerosas 274. La limitación de su interés para la historia local estriba en que, aparte de haber consultado sólo algunas fuentes de los archivos muni­ cipal y parroquial, don Eulogio concibe la posibilidad de elaborar aqué­ lla mediante la aplicación a la misma de la historia general de Espa­ ña 275 y de la Iglesia 276. Y naturalmente que a base de conjeturas, las 270. La circunstancia de llevar la aprobación del obispo de Segovia, fe­ chada el 4 de noviembre de 1909, nos induce a pensar si no se pensaría en editarla allí en un principio. Pero también la imprenta fue madrileña, la de los sucesores de Hernando mismos, en Quintana 33. Lleva el libro el núme­ ro 116185 en el Manual de Palau. Tiene ilustraciones en fotograbado. Su pre­ cio era de 5 pesetas en rústica, pero se difundió más comúnmente en cartoné. Se anunciaba, como siempre en la contraportada, su venta en la librería ma­ drileña editora; en casa del altarero de la catedral de Segovia, el sacerdote don Cesáreo Asenjo; y en el comercio del sobrino político del autor, Angel Román, sito en la Plaza del Trigo de Sepúlveda. 271. Implorándola dos bendiciones: «una en vida, para más amaros y mejor serviros, y otra en la hora de la muerte, para que vaya a recibir de vuestra mano, en el cielo, la recompensa, el autor de este opúsculo». 272. V.g. a la p. 291. Ello hace muy fatigosa su lectura. 273. Así, del Benedictus, a la p. 43: «Cristo, redentor nuestro, que vino del cielo a la tierra, a iluminar a los que estaban sentados en las tinieblas del error y del vicio y en las sombras de la muerte eterna». Los subrayados son del autor. 274. V.g. la verdadera catarata de la p. 190; y la que se conserva en la­ tín a la p. 276. 275. Es el mismo caso de los Apuntes. Por eso lo más interesante de ellos nos parecen las sencillas observaciones sobre el terreno, como a propósito del emplazamiento de la sinagoga. En cuanto a la tal historia española tout court, el canónigo leonés tiene de la misma una visión enteramente heroica, hecha a base de sucesivos cambios de signo de militar entraña en pos de la restau­ ración de una independencia originaria que por primera vez se habría que­ brado con la invasión romana y luego con la visigótica y la islamica. Véanse, ad exemplum, las pp. 128-9. Hoy hemos llegado a su realidad genuina gracias al libro casi postumo de Salvador de Moxó, Repoblación y sociedad en la España cristiana medieval (Madrid 1979). 276. He aquí los títulos de algunos capítulos: Predicación del evangelio en España, Regeneración del mundo por la doctrina del cristianismo, Constan­ tino: su conversión al cristianismo, Conversión de Recaredo, Conquista de Es -

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