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UN CANONIGO SEPULVEDANO DE LEON 77 y descripción de las quince iglesias parroquiales y seis ermitas que llegó a tener la villa de Sepúlveda 264. No tenemos noticias del paradero de ninguno 265. Durante las fiestas de la Virgen de la Peña en Sepúlveda, los días 29 y 30 de septiembre 266, es costumbre sean predicados sendos sermo­ nes, el primero de los cuales trata de la historia de la advocación e imagen 267; y los rotativos servidores anuales de la devoción mariana en cuestión, organizada con arreglo a una nomenclatura militar 268, se han cuidado de siempre de acarrear oradores un tanto afamados a la v illa 2Ó9. Nuestro canónigo, instado a proporcionarles materia para la primera de sus dichas piezas, necesidad que desde luego se dejaba sen­ tir, teniendo en cuenta que el aludido prestigio de la celebración ora­ toria inducía a menudo a recurrir a predicadores del todo ajenos a la tierra, se decidió a entresacar de sus apuntes una parte suficiente para permitirle la publicación de la Historia y piadosas tradiciones / de la sagrada imagen de la Santísima Virgen María / que con el título de la Peña / se venera en la villa de Sepúlveda y su tierra, I y de su san­ tuario, / recogidas y escritas / por D. Eulogio Horcajo Monte, ¡ Licen­ ciado en la Facultad de Filosofía y Letras, / Canónigo de la Santa Igle­ sia Catedral de León, Profesor de Religión y Moral / en el Instituto General y Técnico de la misma capital, etc., etc. / Con licencia de la autoridad eclesiástica. / Primera edición. / Madrid / Librería de los 264. Sobre ellas, véase la Historia de la Virgen de la Peña, 133-41. Ape­ nas si hay escrito nada más del tema, aunque por libros de su archivo que obran en el Histórico Nacional ha podido tenerse noticia de otra, la de la Inmaculada Concepción, a la que Sáez se refiere. 265. De los Apuntes se nos permitió una consulta brevísima. En una nota manuscrita en ellos don Eulogio conmina con el rigor de la ley a quien los copie o publique. Y su familia la interpretó como un veto a un manejo más detenido de los mismos por parte de los investigadores. 266. Popularmente se las llama más bien de San Miguel, aunque no se da culto alguno en ellas al arcángel. Nosotros recordamos cómo, abusivamente, el día 29 solía celebrarse allí la misa solemne de virgen, y ello sin indulto al­ guno, a pesar del rito doble de primera clase de que la fiesta de aquél gozaba. 267. El segundo se dedica a la maternidad de María. 268. Maestrecampos (sic), capitán, alférez y sargento. 269. Es costumbre que sea el predicador quien oficie la salve solemne de la víspera de la fiesta. Una idea del predicamento, verdaderamente oratorio y no sencillamente homilético, de los sermones en España, nos la da la abun­ dancia del cultivo del género que hemos tenido ocasión de comprobar limi­ tándonos nada más, y ello hace que nos movamos un tanto al azar, a las no muy numerosas ni florecientes órdenes monásticas. Véase nuestro libro El mo­ nacato en España e Hispanoamérica, Salamanca 1977, 198-203, 338-47, 463-6 y 506-11.

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