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UN CANONIGO SEPULVEDANO DE LEON 69 Ferraris 227; y los jesuítas Juan Azor 228, Edmundo Voit 229 y Jean-Pierre Gury 230. En la ascético-mística muestra más claramente sus preferencias por la escuela ignaciana, pues aunque menciona a San Juan de la Cruz, Santa Teresa y Kempis; al agustino Santo Tomás de Villanueva231; al dominico fray Luis de Granada; al franciscano Antonio A r b io l 232 y también a San A lfonso María de Ligorio, luego lo hace con el propio San Ignacio y los jesuitas Alfonso Rodríguez, Luis de la Puente, T o ­ más de Villacastín y el cartujo Antonio Molina. Y en el ochocientos español no podía faltar San Francisco de Sales 233. Y es significativo aparezca citado otro jesuita, Giovanni Battista Scaramelli 234. 227. Italiano; muerto en 1750. En 1746 aparecía su Prompta bibliotheca canónica, jurídica ; moralis, necnon ascética, polémica ; y en versión castellana en Madrid 1786. Por orden alfabético y con acopio de decisiones curiales y ro- tales. Cuatro años antes, en la misma capital española habían sido impresas las Additiones legales hispanicae ad bibliothecam R. P. L. F. per álphabeticum auc- toris ordinem distributae. 228. 1533-1603; de Lorca, profesor en Roma. Tomista, autor de las Insti­ tuciones morales, recurriendo constantemente al dogma y a la escritura. 229. 1707-1780; alemán. Profesor en Würzburg y Bamberg. La primera edición en castellano de su Theologia moralis, «reducida a mejor método en muchos puntos y adicionada considerablemente por el presbítero don Juan Tron- coso», apareció en Madrid el año 1851. 230. 1801-1866; profesor en la Gregoriana. Sigue a San Alfonso María de Ligorio en su Compendium theologiae moralis (Lyon 1850), muy difundido en España, y del cual ya en 1865 aparecía la decimosexta edición. En Barcelona se imprimió en 1852. 231. P. 201. 232. 1651-1726. Aragonés. Entre sus obras están los Desengaños místicos (Zaragoza 1706); El fiel enmendado (ib. 1714); El cristiano reformado (mismos lugar y data); y la Mística fundamental (ib. 1723). 233. Pp. 102, 216, 328 y 412. 234. 1687-1752; de Roma. Hasta este siglo, se hicieron muchas ediciones españolas de su 'Discernimiento de los espíritus para gobernar rectamente lás acciones propias y las de otros (Madrid 1790). También se difundió su Direc­ torio ascético en que se enseña el modo de conducir las almas por el camino ordinario de la gracia y perfección cristiana (Madrid 1789-90). A la p. 102, es­ cribe don Eulogio: «recomendándole [para su mejor instrucción sobre la ora­ ción mental y modo de hacerla] las meditaciones de Fray Luis de Granada, las del padre Luis de la Puente, de Villacastín, los ejercicios de Snn Ignacio, Mo­ lina, Arbiol, San Francisco de Sales, etc., en donde encontrará detalladamente métodos que le facilitarán e instruirán en este santo ejercicio». Dos obispos de lengua francesa son citados por nuestro canónigo a propósito de sendas ins­ trucciones pastorales, a saber Pedro Flaviano Türgeon. de Québec, sobre el es­ piritismo; y Pierre-Louis Parisis, de Langres, sobre la blasfemia (158 y 151). Parisis vivió de 1795 a 1851, y luego fue obispo de Arras. Monárquico y preocu­ pado por la situación de la Iglesia en el régimen de la democracia liberal.. En

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