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UN CANONIGO SEPULVEDANO DE LEON 67 Por otra parte, don Eulogio se cuida expresamente de citar en sus liminares 207 a una serie de autores en quienes había parado atención por su preocupación de «establecer el nivel entre el progreso material y el espiritual». Y de ella forman parte Donoso Cortés; el obispo Cámara 208; el polemista contrarrevolucionario Marius-Nicolas-Sylvestre Guillon 209; y el jesuita panormitano Joaquín Ventura de Raulica210, traductor de Bonald y De M aistre211. También el cardenal Wiseman y Du-C lot212; Caussete213; y el infalibilista y polemista antiprotestante Juan Perrone214. En fin, otro científico215 también jesuita, Fran^ois- Napoleon-Marius Moigno de Villebeau 216, igualmente apologista a pro- Señora de París, durante la cuaresma de 1864. Son traductores los redactores de «La Esperanza». Don Eulogio cita al P. Félix entre los apologistas preocu­ pados de la conciliación entre el progreso material y el espiritual, según vere­ mos. Véase la nota 234 para Monseñor Parisis. Una manifestación de la in­ fluencia de Augusto Nicolás en la España de entonces es su cita en la novela de F. T rigo , El médico rural (primera parte, cap. V), datada en 1912. 207. P. ix. 208. En el tal terreno recordemos su Contestación a Draper (contra el libro de éste sobre los conflictos entre la religión y la ciencia). 209. 1760-1847, de París. Se tradujeron: Paralelo de las revoluciones (Ma­ drid 1847) y Examen critico de las doctrinas de Gibbon, Strauss y Salvador so­ bre Jesucristo, su revelación y su Iglesia (Madrid 1860). 210. 1792-1861. Entre las traducidas: La razón filosófica y la razón católica (París 1854), que recopila sus conferencias parisienses de 1851-2; La creación (Madrid 1853), continuación de las mismas; su tercera parte, La confesión sa­ cramental, las armonías de la eucaristía y la eternidad de las penas (Madrid 1856) y La razón... Nuevas conferencias inéditas (Madrid 1867). 211. Bonald es citado a la p. 437 de El cristiano. Recordemos el acatamien­ to constitucional de don Eulogio. 212. En Palau {Manual IV, 535, núm. 76380) encontramos estas referen­ cias: Abate Joseph-Fran^ois Du-Clot, Vindicias de la sagrada Biblia contra los tiros de la incredulidad y su defensa y justificación (Madrid 1825-6); y otra edición por la Librería Religiosa de Barcelona (1859), seguida de los Discursos sobre las relaciones que existen enrte las ciencias y la religión revelada por el Cardenal Wiseman. Palau hace notar que solía ir además acompañada de la ver­ sión de la Biblia de Scio. 213. En Palau (Afanual III, 345, núm. 50496) encontramos esta referencia: P. Caussete, El buen sentido de la fe, expuesto en contestación a las objeciones filosóficas y científicas del día (Barcelona 1878). 214. 1794-1876. Pertneció a la curia romana y trabajó por la definición dog­ mática de la Inmaculada. Sus Praelectiones theologicae (Roma 1835-42) sirvieron de texto en los seminarios españoles (ediciones españolas, latina 1845-7 y castella­ na 1857-64). 215. Una de sus obras se titula St&reoscope, ses effets merveilleux; pseu- doseope, ses effets étranges (Paris 1852). 216. 1804-1884. Se tradujeron Los explendores (sic) de la fe o armonía perfecta de la revelación y la ciencia (Barcelona 1880-3). Véase p. 35 de El cris­ tiano.

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