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42 ANTONIO LINAGE CONDE espontáneamente por una vez con el animal los bizcochos de su habi­ tual chocolate. La tradición oral que hemos recogido en ésa es la de que fue la muerte de don Atanasio Oñate, un poco antes de tiempo, cuando don Eulogio ya había pasado de la cincuentena, desde luego, la cir­ cunstancia que determinó no alcanzase el episcopado. Lo mismo se diría del otro «candidato» sepulvedano coetáneo, el deán de Segovia don Salvador Guadilla, primero de los capellanes de la Virgen de la Peña, cuando ésta fue suprimida como parroquia en 1868, y autor de la novena a la misma publicada como anónima y aprobada en 1862 por el obispo que había sido abad de Silos fray Rodrigo Echevarría y Briones 97. En cambio, entre su familia se sigue creyendo que fue él quien renunció al pontificado98. Y el 8 de abril de 1912, a las ocho de la mañana, nuestro canó­ nigo moría en León de bronconeumonia, a los setenta y dos años, en su casa del número uno de la plaza de la Catedral. Hacía dos que había visto publicada su Historia de la Virgen de la Peña, para la cual 97. En colaboración con el último párroco, don Mateo González Quintanal, Novena a Marta santísima con el título de Nuestra Señora de la Peña, patrono de Sepúlveda y su tierra (Madrid, imprenta de J. Baena González, calle de la Colegiata, 14, 1919. Antes se había ya impreso otra vez, el mismo año de su censura). Sobre don Salvador y su frustrado ascenso pontfical escribe Cossío: «Recuerdo que cené en Segovia, en casa del deán de la catedral, don Salvador Guadilla, hermano de nuestro administrador, muy amigo de Romero Robledo, quien siempre que se lo encontraba le prometía hacerle obispo. No hay que olvidar que don Salvador fue canónigo en Antequera. Murió don Salvador, persona buenísima, de mucho mundo y extensa cultura, sin conseguir esta as­ piración, suponiendo que la tuviese» (Confesiones, 87). De la Novena existe un ejemplar encuadernado por el artista barcelonés Emilio Brugalla (1978). 98. Véanse los magníficos estudios de J. M. C uenca T o ribio , Sociología de una élite de poder en España e Hispanoamérica. La jerarquía eclesiástica, Madrid 1976; El episcopado español en tiempo de Pío IX . Apunte sociológico, Valencia 1972; Demografía, origen regional, centros de formación y plántele¿ del episcopado español contemporáneo (1878-1939), en Saitabi 25 (Í975) 1-32, publicada también en Hispania 34 (1974) 627-64. Además, del mismo, Materiales para el estudio de la iglesia jerárquica española contemporánea. Episcopologios, biografías, obras de carácter general, en el Boletín de la Real Academia de la Historia 171 (1974) 297-317. De acuerdo con las indagaciones del profesor Cuenca en los curriculi de los obispos de la época, habrían favorecido la can­ didatura de don Eulogio su título civil en filosofía y letras (si bien eran más corrientes los de derecho y en el caso de las vocaciones tardías) y su producción literaria («en términos globales, los prelados ágrafos marcan con su impronta la visión de conjunto», Demografía, 26). Y por supuesto su condición capitular {ib., 30-3). En cambio, para entonces había decaído la proporción de los origi­ narios de Castilla la Vieja (ib., 10-1). Acaba de aparecer, del mismo Cuenca, Iglesia y burguesía en la España liberal (Madrid 1979).

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