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UN CANONIGO SEPULVEDANO DE LEON 37 entonces79, fue a la nueva institución a la que dedicó sus mejores energías postreras, y una vez erigido el Colegio de Huérfanos, principal organismo de sendas ramas, masculina y femenina, posibilitada por los nuevos presupuestados recursos, acostumbraba periódicamente.visi­ tarlo y pasar revista a sus alumnos 80. Para instalarlo se pensó en el alcázar de Segovia y en Alcalá de Henares, pero al fin se optó por el espléndido palacio del duque del Infantado en Guadalajara, propiedad entonces del duque de Osuna, por cierto teniente general del Ejército, quien con esos fines lo cedió al Estado en 1878. Y el 23 de marzo de 1879 era inaugurado 81 el de varones por el rey y las infantas, encontrándose entre los asistentes el conde de Sepúlveda. Y notemos cómo sigue siendo sintomática la asociación de éste a cuantos peldaños de ascenso social y eclesiástico van jalonando la carrera del futuro canónigo legionense. Efectivamente, ya el 6 de mayo siguiente, don Eulogio era nombrado por el rey, a propuesta del arzobispo de Toledo 82, capellán del centro, con un sueldo anual de 2.000 pesetas, encargándose además, gratuitamente una vez más, de enseñar en él latín y castellano 83. La espléndida sede de la nueva institución 84 había sido construida por el segundo don Iñigo López de Mendoza, nieto de su homónimo el escritor marqués de Santillana, quien para ello derribó la anterior 79. Aunque solía acudir al Senado, y en 1886 criticó abiertamente la pre­ cedente política de Cánovas. 80 Así comienza la dedicatoria al mismo del librito de Juan Prats y Ji- meno citado en nuestra nota 61, recordando una de las visitas de Pavía de la que precisamente había surgido el encargo de escribirle: «El año pasado, el 31 de mayo, V. E., se dignó llevarme a sus órdenes en su visita de inspección a los colegios de huérfanos de la guerra. En la galería que desde la escalera conduce por el patio al magnífico salón de consejeros, reparó V. E. en dos mo­ destos cartelones con sendas efemérides, relativas al edificio; recordaba el uno, triunfo glorjoso entre los más gloriosos de nuestras campañas en Italia, el de Pavía; conmemoraba el otro, día de nupcial fiesta, la del enlace de Felipe II con la malograda princesa de Valois». 81. El de niñas lo sería el 23 de noviembre por la infanta Isabel. 82. Probablemente cual ordinario castrense. 83. Sólo cesaría con motivo de su traslado a León, el 31 de octubre de 1886. La preferencia de don Eulogio por la explicación de la lengua materna, además de la latina, responde a la preocupación dominante en los planes de es­ tudio de los seminarios de entonces. Nosotros aún hemos recogido el eco en la mentalidad popular de lo mucho que de «gramática» se exigía en la carrera eclesiástica coetánea (Cf. el núm. 2.° del canon 1364 del Codex juris canonici). 84. Véase A. H errera C asado , El Palacio del Infantado en Guadalajara, Guadalajara 1974. En 1898 el colegio masculino la dejó para ocupar unos nue­ vos locales en el moderno cuartel de San Carlos.

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