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36 ANTONIO LINAGE CONDE Y si la sierva de Dios se encontraba a sus anchas en la pequeña y plácida ciudad del Henares 76, también dio pruebas de ello don Eulogio, pues el 24 de mayo de 1879 renunciaba al beneficio en la catedral de Salamanca con que el 2 de enero anterior le había el rey agraciado, a pesar del ascenso canónico implicado por él, ante la incompatibilidad de su desempeño y residencia. A lo cual acaso le estimuló la novísima circunstancia de haber extendido sus menesteres sacerdotales y docentes de la esfera civil a la militar. Desde 1833, Guadalajara venía un tanto marcada socialmente por la impronta castrense que determinaba la presencia en ella de la Aca­ demia de Intendencia. Y así las cosas, el 19 de marzo de 1876, la víspera de su entrada en Madrid luego de liquidada la última resis­ tencia carlista en el norte, desde el mismo campamento de Amaniel, Alfonso XII firmaba un real decreto en virtud del cual era instituida una caja especial destinada a la educación de los huérfanos y el socorro de los inútiles resultantes de la tal guerra c iv il77 y de las de ultramar, la cual sería administrada por un consejo presidido por un capitán general e integrado por un brigadier secretario y nueve vocales, a saber dos tenientes generales, dos mariscales de campo, dos generales de la armada, un auditor general, un inspector médico y un intendente. Y por aquella vez la literatura de la «Gaceta de Madrid» no había de quedar reducida a tal, en cuanto el mismo día era constituido el con­ sejo en cuestión, con el marqués de Novaliches don Manuel Pavía y Lacy cual presidente78. La fidelidad borbónica de este soldado le había colocado en alto candelero durante aquella coyuntura. Baste re­ cordar que la primera medida tomada por el nuevo rey al entrar en Madrid a posesionarse del trono fue la de concederle el Toisón de Oro. Y, precisamente, retirado de la política y la milicia activas desde 76. Escribe Jarnés: «Te Deum. El convento está destrozado, pero no falta­ rán limosnas que lo reparen. Faltan cristales, cerraduras, plomos, herrajes, ma­ deras; pero del camarín de la Virgen del Olvido sólo falta una esquirla» (Sor Patrocinio, 214-5). 77. El número 1.° del artículo 2.° asignaba, como primera dotación de la misma, «los productos que hasta el día de la fecha han producido los bienes embargados a los carlistas». 78. Vocales, los tenientes generales Angel García y García de Loygorri, conde de Vistahermosa, e Ignacio del Castillo y Gil de la Torre; el contraalmi­ rante Juan Bautista Antequera y Bobadilla; el vicealmirante Francisco de Paula Pavía y Pavía; los mariscales Eduardo Carondolet y Donad, duque de Bailén, y Joaquín Colomo y Puche; el auditor José Núñez de Prado; el intendente Juan Martínez Egaña; el inspector Antonio Martínez y Codina; y de secre­ tario, el brigadier Martín García de Loygorri.

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