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LOS BARÍ 5 0 3 Al iniciar el estudio de la organización social barí subrayábamos el equilibrio que se observaba en ellos entre el sentido personalista fami liar y su inserción al grupo más amplio, constituido por cierto número de familias reunidas en un habitat material particular: la «Soái-kái» o casa comunal. El bohío no es sino el símbolo de una realidad más profunda y estructurada a la que corresponde: el grupo comunal. Este está constituido por un cierto número de personas entroncadas en familias determinadas que, a su vez, componen el núcleo esencial del que aquél se deriva y la organización interna del pueblo barí: el grupo como unidad social. Aparecen tan íntimamente unidos la familia y el grupo comunal que, a veces, resulta difícil descubrir quién está en función de quién. Es debido a esa trama estructural interna tan sencilla en la que se conjugan a la perfección el sentido comunitario y la integridad fa miliar. Guillén señalaba ya en 1772 este hecho entre las prerrogativas que concurrían en el pueblo barí: «Mantenían entre sí una recíproca socia bilidad... y, según lo que pude examinar, sólo observan una fraternal unión procediendo en todo de unánime conformidad» 108. El grupo comunal era nominado, según lo confirman nuestros infor madores, por el nombre del bohío, y no por el del Ñatubái109. Ya hemos analizado su organización interna de gobierno al estudiar las funciones del Ñatubái y sus colaboradores. Existe entre todos sus miembros una mutua armonía, destacada por cuantos se han acercado a estudiar su cultura y costumbres. Su misma forma seminómada de vivir en la selva se lo exige. El sentido comunitario lo manifiestan en todos los campos de su actividad. Desde el respeto a la intimidad den tro del bohío hasta en los trabajos comunales: preparación del material 108. S. J . G u il l e n , Diario..., 276. 109. O . D ’E m p a ir e , Introducción al estudio de la cultura barí..., en 187 escribe que dicha unidad «se distingue por el nombre de su cacique». Esta afirmación suele ser frecuente en los estudios sobre los barí (cf. A . de A l c a c e r , Los barí..., 20. 76). Al conocer estas opiniones, que no concordaban con los resultados que habíamos obtenido en nuestros primeros contactos con los barí, volvimos repetidas veces sobre este asunto para que nuestros informadores nos aclarasen la verdad; obteniendo confirmación de las conclusiones a las que antes había llegado. 1.2.3. E l g r u p o
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