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LOS BARÍ 4 9 9 Además de los papás, ocupaban un puesto preferente en la educa­ ción de los niños los tíos paternos y la abuelita. En caso de poliginia, era la mujer de más edad la que se encargaba de su educación. La razón que aducen nuestros informadores es la de que «porque es ella quien los comprende mejor y sabe educarles en las tradiciones; la joven suele ser descuidada y no sabe atenderles debidamente, por falta de necesaria experiencia». La educación se hacía, principalmente, por medio de consejos pa­ cientes de los papás. Pero, llegadas ciertas circunstancias, también em­ pleaban los castigos con sus hijos ( ¡nunca con los hijos ajenos!). Los motivos más frecuentes por los que los niñitos solían ser castigados eran los propios de su edad: orinar en el bohío o cerquita del mismo; la falta de respeto a los mayores, como podía ser el jugar estrepitosa­ mente con el agua mientras se bañaban en presencia de los ancianos; el reñir durante la comida, pidiendo ser servidos los primeros y no observando el debido orden; marcharse lejos del bohío, sin el debido permiso, por el peligro de ser picados por alguna culebra; subirse a los árboles en busca de pájaros con peligro de caerse... Las formas de castigos eran diversas: darles en el brazo, espalda o muslos con la mano o con hojas de «Krikdá» (ramitas de árbol o arbustos) para ponerles en orden, golpeándoles con la palma de la mano en la boca, o haciéndoles rasguños en la frente con los dientes de pescado o con un cuchillo — una vez que lo adquirieron— hasta que derramase un poquito de sangre. Era la forma de volverles man- sitos y ordenaditos: extraerles la mala sangre que habían acumulado dentro. También solían darles con hojas de «Krikdá» para fortalecer­ les y hacerles capaces ya desde pequeños para las peleas que tuvieran que sostener una vez llegados a adultos. Esto último aparece con fre­ cuencia en sus mitos: en las luchas que en ellos se cuentan, la razón que se aporta para explicar el porqué son vencidos es la de que, cuando eran pequeñitos, no se les fortaleció con dichas hojas... Preguntados nuestros informadores por el juicio que merecía la familia barí actual, en contraposición a la anterior, tal como ellos la vivieron, no dudan en pronunciarse a favor del modelo familiar anti­ guo, en el que existía más respeto, más laboriosidad, más aprecio por las tradiciones de los Saimadoyi... 105. 105. A. de Alcacer habla de castigos particularmente duros y rituales: ata­ dos a un árbol se les daba con una vara con especial solemnidad (cf. Los barí..., 78). Preguntados nuestros informadores, a propósito, sobre la referencia de este

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