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LOS BAR Í 4 4 5 Otro de los puntos misteriosos de este pueblo es el de su demo­ grafía a lo largo de su historia. Durante los siglos x v i y x v i i se des­ conoce en absoluto el número de su población. Desde los primeros contactos no pacíficos hasta el siglo x vm existe una gran confusión. Dada la amplitud de su territorio y las frecuentes incursiones en tierras civilizadas motivaron con frecuencia que la fantasía de los civilizados cayese en afirmaciones un tanto legendarias sobre la población concreta barí. E l problema de determinar concretamente su demografía en estos siglos resulta, prácticamente, imposible. Los mismos censos verificados por los misioneros ya en el siglo x vm adolecen de ciertas precipitaciones e irregularidades: se verifican sin el debido control y globalmente, con dificultades infranqueables que po­ demos suponer, por lo que no ofrecen la garantía científica suficiente. Podemos adoptar una actitud de sospecha justificada ante las cifras que aparecen durante este tiempo42. Hacia el 1767 el censo da como resultado la cifra de unos 2.000 barí, residentes en varios pueblos. Otro censo realizado en 1783 ofrece como resultado el de 921 habitantes. Y el censo realizado antes de la Guerra de la Independen­ cia, en 1810, arroja el número de 1.025, si bien supone una compila­ ción restringida. Por lo que respecta a las cifras arrojadas en los años inmediata­ mente anteriores o posteriores a la última pacificación barí, Villamañán escribe: «Todos los censos que hasta ahora se han dado han sido com­ pletamente fantásticos, fundados únicamente en el territorio por ellos podría presentarse como satisfacotria es la siguiente: los barí, además de an­ dar siempre descalzos por la selva, lo que les obligaría a cierta distensión de los dedos, sostienen la cabuya o cordeles para hacer las flechas y arcos con dichos dedos y las mujeres los utilizan para tejer. 42. Beckerman estudia detenidamente el tema a lo largo de los distintos períodos de la historia barí, a partir de su primera pacificación (a. c., 291-322). Para los cuadros de población barí durante todo este tiempo, puede consul­ tarse el mismo artículo (295-299), expuestos con todo detalle. C f. también A . Tahn, Los Aborígenes del Occidente de Venezuela, Caracas 1927, 62. 70; A . de A l c a c e r , El indio motilón... 173. 216-218; Id ., Los barí..., 20-25; C. de A r m e lla d a , Estampos de los Pueblos motilones..., 35 ss.; A . de V illa m a ñ á n , Los motilones. Cuántos son y dónde viven, en Ven.Mis. 34 (1972) 84-87; B. de C a r r o c e r a , o . c., 194-196; C. de A r m e lla d a , Los Pueblos motilones en el siglo XVIII, en Ven.Mis. 26 (1964) 12. 5 . E st r u c t u r a d e m o g r á fic a

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