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LOS BARÍ 443 • Evita en lo posible conflictos con los de su propia raza desde un sentido altamente comunitario, sin inmiscuirse en otras familias, respetando la institución familiar e intimidad de la misma. • E l barí es gran caminante a paso ligero, pero sin correr en sus grandes recorridos, sin descansar y sin hab lar36. • Con gran sentido de su propia dignidad para no embriagarse, a pesar de conocer y tener a mano todos los materiales con los que se confeccionan las bebidas fuertes. Una cualidad que de veras extrañaba a Guillén en comparación con el resto de otros pueblos 37. Estas y otras cualidades que irán apareciendo a lo largo de nuestro trabajo de campo, manifiestan los altos valores antropológicos de este pueblo. No es extraño se haya podido con toda justicia, escribir sobre ellos: «E l pueblo barí es una comunidad sana. En la panorámica na­ cional es el grupo humano más completo y perfecto» 38. 36. Esta forma de ser nos llamó la atención desde los primeros instantes que tuvimos que emprender el viaje con ellos a través de su selva. Su ca­ rácter, pero también los condicionamientos ambientales —trópico, trochas es­ trechas por ¡as que resulta prácticamente imposible caminar juntos, silencio impresionante de la selva...— pueden explicar el silencio de los barí en sus largas distancias de recorrido. El barí somete a sus hijos, ya desde pequeñitos, a estos entrenamientos de largo recorrido... 37. «No acostumbran estos Indios más bebida que es la del agua, y no hay duda que a esta virtud debe dársele de justicia el atributo de singular y admirable, porque siendo todo Indio inclinado a la embriaguez y teniendo éstos a la mano todos los materiales de que se confeccionan y fabrican las bebidas fuertes, como son la palma que destila el vino, el maíz y yuca de que forman la chicha y masato, a ninguna se aplican, esto es hablando de los que he comunicado hasta aquí y residen en los cinco consabidos Pueblos, no siendo menos digna de notar la especialidad de no comer el caimán ni de sus huevos, cuando para toda calidad de Indios es una vianda de tanta estimación y aprecio» (S. J. G u i l l e n , o . c., 276-277). Esto mismo hay que decir respecto al fumar. Los barí son una excepción entre los indígenas de su entorno, por lo que lla­ maron también la atención de los que contactaron con ellos en 1960. «No fuman; creemos que tampoco se emborrachan; en el bohío no vimos otra bebida fuera del agua» (A . de V il l a m a ñ á n , Primeros días..., 325). Esta mis­ ma apreciación la encontramos en A . de A l c a c e r , En la Sierra de los Moti­ lones..., 60. 38. A. S e t ié n P e ñ a , L os motilones de ayer y de boy, en Ven.Mis. 33 (1971) 306. Motivo por el que se ha podido escribir de los barí: «Es una raza interesante y que tiene grandes valores; es una riqueza antropológica para Colombia y Venezuela que deben ayudarlos, protegerlos de la ambición de tantos, estimularlos a elevar su nivel de vida, sin permitir que nadie, bajo ningún pretexto destruya esa raza y esos valores» (M . G o n z á l e z C., a. c., 371). Cf. J. M o n t o y a S á n ch e z , a. c., 45. Ya en el Documento de Santa Fe del 5 de julio de 1783 se afirmaba: «Los tales indios —refiriéndose a los llama-

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