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700 D. CASTILLO CABALLERO 2 .“ Con su propia identificación personal. Se p r o p o n e n sus fu n cion e s específicas, in co n fu n d ib le s co n cu a lqu ier otra realid ad m undana y c o n caracteres «to ta lm e n te d is tin to s » a las dem ás person as co n las q u e Sabaséba se r e la cio n a ... 267. 3 .a Eternidad. Sabaséba se revela c o n carácter d e p erson a « p r e ­ e x is te n te » a to d o lo m u n d a n o. T o ta lm e n te o tr o . E n lo s relatos m ito ló g ic o s aparece e x istien d o antes q u e lo s d em ás, sin aparecer en fo rm a alguna la d e scrip ció n d e su o rig e n , m u y d istin to al d e lo s dem ás person a jes co n los q u e c o n v iv e en la tierra. E inmortal: la m u erte n o tien e p o d e r so b re él 268. 4 .a A l principio, vivió en la tierra con los hombres, du rante cie rto tiem p o , h a cién d ose un barí más en su fo rm a d e v iv ir. Su p re­ sencia co n stitu y ó el tiem p o p rim o rd ia l, m ítico , al q u e con sta n te­ m en te se h ace alu sión en las n arracion es d e los ancian os. 5 .“ Transformador, ordenador del mundo, de la materia preexistente. Su fu n ció n con siste en m o d e la rlo , form a liza rlo y dar sen tid o a la situ a ción q u e tien e en la actu alidad 269. tural y astral, ya superadas por las Ciencias del hecho religioso. Estas ex­ presiones son términos arcaicos en los que los pueblos primitivosexpresan su idea de la trascendencia de lo divino, como algo «totalmente distinto» a lo profano. Remiten a su trascendencia, s¡ bien no debidamente purificada. Sobre el tema de «lo sagrado celeste», puede consultarse M. Eliaue, Tratado..., I, 66-155. 267. Este rasgo aparece con suma claridad en toda la mitología barí. La independencia personal de Sabaséba respecto al resto de los fenómenos na­ turales y de otros personajes con quienes se relaciona se revela sin dejar lugar a duda. Tampoco la mitología barí deifica a otras realidades, contra lo que afir­ ma O. D ’Ampaire, quien, al referirse al cielo donde Sabaséba habita, escribe: «...en te superior al que deifican, pero sin rendirle culto» (Introducción al es­ tudio de la cultura barí, en Kasm. 2 (1966) 273). 268. La preocupación de la tradición barí se centraba más en lo que Sa­ baséba representaba en su cultura que en lo que se refería a la situación an­ terior del mismo. Este es un hecho que debe orientar la posible pregunta de por qué los mitos no se detienen en relatar esta preexistencia de su gran per­ sonaje. Lo importante para nuestro propósito es subrayar el fenómeno que hemos hallado en las distintps narraciones sobre aquél. Nuestra curiosidad no coincide con la intencionalidad original del mito barí sobre Sabaséba. Respecto al rasgo de poder sobre la muerte, creemos que no ofrece duda alguna, ya que es una de las ideas directrices de todos los relatos que versan sobre la situa­ ción mortal actual de los barí y su fundamentación, y en los que se mani­ fiesta la diferencia con Sabaséba. 269. Como hemos visto, el mito cosmogónico trata de responder a la si­ tuación formalizada del mundo actual en el que se encuentran los barí. Su respuesta se sitúa dentro de los sistemas interpretativos de modelación, trans-

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