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LOS BARÍ 671 bienes culturales y como personas llamadas a la muerte, no se atribuyen a los ancianos — resultaría ilógico en su concepción social tradicional— , sino a los jóvenes. Siempre son jóvenes los que provocan estas situacio­ nes lamentables, como atestigua la historia de Dababosá, Kassóso, Nuns- chundóu y, por fin, la del mismo Sabaséba. Todos ellos tienen que marcharse a causa del mal comportamiento de algunos jóvenes. Y , ade­ más, se señala que, por lo general, es a causa de las mujeres241. Lo cierto es que en la tradición barí éstos son algunos de los hechos mitológicos que intentan explicar por qué, cómo y dónde el hombre se ha vuelto mortal, condenado a v iv ir en situaciones precarias de infra- desarrollo cultural y sin poder gozar de lo bello de la vida que le suministraban esos paseos fantásticos que realizaba, sin dificultad, por la luna... La ruptura de Sabaséba con los barí provocó ese desastre, la pérdi­ da de aquella primitiva situación paradisíaca. La desaparición de Sa­ baséba y su alejamiento del pueblo barí para ir a residir al «Barún- nora» puso fin a esa «edad de oro» tan añorada. Los mitos antropológicos traen, además, el recuerdo de aquella fundación y, sobre todo, una dosis muy fuerte de aspiración y nostalgia por aquel mundo feliz en el que los barí vivían en aquellos tiempos primordiales a los que hacen referencia 242. Su situación de infradesarrollo cultural, sus enfermedades y hasta su misma muerte no se las imaginan como algo inherente a la condición 241. Excepto Kokébadóu y Ourundóu, el resto de los personajes que ocu­ pan un puesto fundamental en sus mitos culturales debe abandonarles, y todo a causa del mal comportamiento de algunos barí. Por lo que respecta al mo­ tivo concreto, en todos estos casos, a excepción de Kassóso, se hace mención de que fue «a causa de los chismes por las mujeres» por parte de los jóvenes barí. Para un estudio del tema de la culpa atávica en sentido más amplio y en­ troncada con el mito del «pecado original» en las distintas cultura, puede con­ sultarse con utilidad: P. Ricoeur, éd., Le conflit des interprétalions. Essais d'hermenéutique, Paris 1969, 265-282: Le péché original. Études de significa- tions, y 283-311: Hermenéulique des symboles et reflexión philosophique; P. Guiciiard, éd., La culpabilité fondamental. Péché original et antropologie mo­ derne, Gembloux 1975. En relación a la culpa presentada por el Génesis y otros mitos culturales, E. Drewermann, Strukturen des Bösen. Die jchvistiche Urgeschichte in exegetischer, psychoanalitischer und philosophischer Sicht. Teil II: Die jahvistische Urgeschichte in psychoanalitischer Sicht, München-Pader- born-Wien 1977. Para un estudio serio sobre el tema desde el punto de vista teológico, A. de Villalmonte, El pecado original. Veinticinco años de contro­ versia, Salamanca 1978 (amplia bibliografía 563-592). 242. Para este tema, cf. M. Eliade, La nostalgie des origins, Paris 1950; G. Widengren, o . c ., 15 ss.

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